La criptoeugenesia: la estrategia oculta de la "depuración" de la raza humana

"Que la Sociedad de [Eugenesia] debería perseguir objetivos eugenésicos por medios menos visibles, es decir una política de cripto-eugenesia, que aparentemente es un éxito en la Eugenics Society americana". Doctor Carlos Paton Blacker, dirigente de la Eugenics Society desde 1931

Las Naciones Unidas fueron fundadas, justamente, luego del Holocausto nazi, el 24 de octubre de 1945, con la firma de la Carta del organismo en San Francisco, sólo unos meses después de la rendición de Alemania (8 de mayo) y de Japón (14 de agosto), hecho que puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
Ante el conocimiento del horror perpetrado por los nazis en sus campos de exterminio, el mundo occidental rechaza de pleno todo lo que tenga que ver con la eugenesia y sus prácticas. Por ello los eugenistas se plantean camuflar sus intenciones y sus acciones comenzando por el cambio de nombre de su asociación más representativa. La Federación Americana para el control de la natalidad, se llamará a partir de ahora Planned Parenthood (Paternidad Planificada) agrupándose a partir de 1952, junto a más asociaciones nacionales en la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF).
La estrategia cambia y pasa a ser cripto-eugenismo sin modificar en esencia sus objetivos. Las tácticas se ocultan y aparecen nuevos términos que trata de tapar las verdaderas intenciones.
En la misma época confluye otro hecho importante que es la denominada “Revolución sexual”. Un cambio radical en el comportamiento sexual a raíz de los “estudios” presentados por Alfred Kinsey en 1948. En ellos justifica la homosexualidad, la pederastia y cualquier tipo de perversiones sexuales. De hecho considera la heterosexualidad como anormal, producto de inhibiciones culturales y de condicionamientos sociales.
La tercera corriente la constituye el Neomaltusianismo disfrazado de un ecologismo radical será la ideología que justificará el Neocolonialismo del 3ª Mundo.


12.1. Frederick Osborn y el population council
12.2. Sir Julian S. Huxley (eugenics society)
12.3. Otros cripto-eugenistas
12.3.1. Dr. Carlos P. Blacker
12.3.2. William Shockley
12.3.3. Hermann Muller y los bancos de semen
12.3.4. Lord John M. Keynes
12.3.5. Prof. Dr. Otmar Freiherr von Verschuer
12.3.6. Alva Myrdal
12.3.7. Prof. Franz j. Kallmann
12.4. Eugen Relgis y el pacifismo: la superpoblación como causa de la guerra
12.5. La fundación Rockefeller
12.5.1. El consejo de población
12.6. El “humanismo” secularista
12.7. Las aplicaciones actuales de la eugenesia
12.8. Las cripto-políticas demográficas
12.9. La Eugenesia
12.10. Estrategia actual de dominación mundial
12.11. El matrimonio a prueba
12.12. Las políticas demográficas

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1. Frederick Osborn y el Population Council

Después de la segunda guerra mundial, la Sociedad Eugenista Americana cambia también de estrategia: pasa al cripto-eugenismo sin modificar una letra de sus objetivos. Frederick Osborn, presidió la Eugenics Society americana de 1946 a 1952. El constituye la personalidad más destacada de la Sociedad de Eugenesia norteamericana durante la postguerra; fundador, junto con John D. Rockefeller, del Population Council, lobby pro-aborto. Promovió la creación de centros de capacitación demográfica en la ONU.
Después de la Segunda Guerra Mundial, lleva a cabo una substitución estratégica del eugenismo por el cripto-eugenismo y fija los objetivos a la Sociedad de Eugenesia: "...buscar a los individuos genéticamente valiosos... tratando al mismo tiempo de reducir los nacimientos de quienes lo son menos".
Lo que él preconiza es:
1. Condicionar el entorno por medio de "presiones sociales y psicológicas concentradas en los jóvenes y en los padres";
2. Manipular los comportamientos: "esta propuesta se presentaría... hablando de ofrecer a un mayor número de niños la posibilidad de crecer en un mejor entorno hogareño, y absteniéndose de argumentar públicamente en favor del eugenismo"
3. Introducir la contracepción y el aborto: "...Existen medios de selección que no implican humillación... cuando la planificación familiar se ha extendido a todos los miembros de la población y los medios eficaces de contracepción son fácilmente disponibles...". "Las parejas tendrán un número de hijos acorde con sus ingresos, es decir, acorde con el valor de su calidad social".
El mismo declaraba en abril de 1956.

"Hace ya 86 años Galton publicó "Le génie héréditaire" ; hace 86 años (...) él veía al movimiento eugenista como algo que barrería el mundo y haría al hombre amo de su propio destino sobre la tierra. Esto no sucedió. El movimiento eugenista es sólo un pequeño puñado de hombres en varios países; aquí en Inglaterra, en los Estados Unidos, en India, en Francia. Ellos no influyen en la opinión pública. Incluso la palabra "eugenismo" está desacreditada en algunos lugares. Sin embargo, sigo creyendo en el sueño de Galton. La mayoría de ustedes también, creo. Tenemos que preguntarnos: -¿dónde fallamos?
Pienso que no tomamos en cuenta un rasgo de carácter casi universal muy instalado en la naturaleza humana. La gente simplemente se niega a aceptar la idea de que la base genética que forma su carácter es inferior y que no debería repetirse en la generación siguiente. Le hemos pedido a grupos enteros de personas que acepten esta idea. Y constantemente se han negado, con lo cual sólo hemos logrado matar al movimiento eugenista.
La gente puede aceptar la idea de un defecto hereditario específico. Irán a una clínica de genética y preguntarán cuál es su riesgo de tener un hijo defectuoso. Comparan este riesgo con la probabilidad de tener un hijo sano y por lo general, terminan tomando una decisión inteligente. Pero no aceptarán la idea de que, en general, son de segunda clase. Tenemos que apoyarnos en otras motivaciones.
En circunstancias normales, los hombres tienen una cantidad de hijos proporcional a su capacidad para atenderlos. Si se sienten financieramente seguros, si les agrada asumir responsabilidades, si tienen una respuesta afectiva cálida, si son físicamente fuertes y competentes, es probable que tengan grandes familias, a condición de que estén psicológicamente preparados para esto. Por el contrario, los que no pueden alimentar a los hijos que tienen, si le temen a las responsabilidades, si su respuesta afectiva es escasa, no quieren tener muchos hijos. Si disponen de medios eficaces de planificación familiar, no tendrán muchos. Nuestros estudios demostraron que esto es válido en todo el mundo. Sobre esta base, es seguramente posible construir un sistema de selección voluntaria inconsciente Pero los argumentos invocados deben ser aceptables de manera general. Dejemos de decirle a todo el mundo que tienen una calidad genética globalmente inferior, porque jamás estarán de acuerdo. Basemos nuestras propuestas en el deseo de tener hijos (nacidos) en hogares donde disfrutarán de cuidados afectuosos y responsables, quizás entonces nuestras propuestas sean aceptadas.
Me parece que si el eugenismo ha de progresar como debería, tiene que seguir políticas nuevas y reafirmarse, y de este renacimiento quizás podamos, durante nuestras vidas, verle alcanzar los elevados objetivos que Galton le había fijado". (Eugenics Review, abril 1956,n°1).

Por lo general, Osborn se lleva el crédito de la reforma del movimiento eugenista después de la segunda guerra mundial, se dice que lo purgó de su racismo. Sin embargo, al mismo tiempo que llevaba a cabo esta "reforma", era secretamente presidente del Pioneer Fund de 1947 a 1956. El Pioneer Fund es una organización notoriamente conocida por pregonar la supremacía blanca. Por supuesto, un racista encubierto no puede purgar el racismo; puede purgar el racismo abierto conservando al mismo tiempo, una política que se puede calificar como "cripto-racista".

"La esencia de la evolución es la selección natural; la esencia de la Eugenesia es el reemplazo de la selección 'natural' por una selección conciente, premeditado u artificial con la esperanza de acelerar la evolución de características 'deseadas' y la eliminación de las no deseadas." I.I. Gottesman, director de la Sociedad Americana de Eugenesia (1970)

En 1973, la Sociedad de Eugenesia Americana cambia de nombre: actualmente se llama: Sociedad para el Estudio de la Biología Social.
A fines de los años 50, el doctor Carlos Paton Blacker, que había sido dirigente de la Eugenics Society desde 1931 (Secretario, luego secretario general, luego director y presidente), hizo esta propuesta:

"Que la Sociedad de [Eugenesia] debería perseguir objetivos eugenésicos por medios menos visibles, es decir una política de cripto-eugenesia, que aparentemente es un éxito en la Eugenics Society americana".

En 1960, esta propuesta de Blacker fue adoptada por la Eugenics Society inglesa. Esta resolución declaraba entre otras cosas:

"Las actividades de la Sociedad en el cripto-eugenismo deberían ser continuadas con energía, en particular, la Sociedad debería aumentar su sostén económico a la F.P.A. [Association de Planificación Familiar, la rama inglesa de planificación familiar] y a laI.P.P.F. [International Planned Parenthood Federation] y tomar contacto con la Sociedad para el Estudio de la Biología Humana [Society for the Study of Human Biology], que ya tiene gran cantidad de miembros activos, para ver si hubiera allí proyectos interesantes con los que la Eugenics Society pudiera colaborar.

La I.P.P.F. nació de la Eugenics Society. En el momento en que esta resolución fue adoptada por la Eugenics Society inglesa, Blacker era el presidente administrativo de la I.P.P.F.

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2. Julian Huxley (Eugenics Society)

Inglés, (1887-1975), miembro del consejo de la Eugenics Society en 1931, vicepresidente de 1937 a 1944 y presidente de 1959 à 1962. Primer Secretario General de la UNESCO, de 1946 a 1948. Es por otra parte el fundador del World Wildlife Fund.
Miembro del comité ejecutivo de la Euthanasia Society, fue vicepresidente de la Asociación por la Reforma de la Ley de Aborto (pro-aborto), de 1969 a 1970.
Tuvo cuatro hijos. Uno de ellos fue Aldous Huxley, el autor del libro "Un mundo feliz", sistema soñado por la Sociedad de Eugenesia.
Veamos la opinión de este hombre influyente, cuyos objetivos se están realizando hoy:

“Cuando la eugenesia se haya convertido en práctica corriente, su acción […] estará enteramente dedicada, al principio, a elevar el nivel medio, modificando la proporción entre los buenos y malos linajes, y eliminando en lo posible las capas más bajas, en una población genéticamente mezclada” Julian Huxley, 1946

"Por grupo social problemático entiendo a esa gente de las grandes ciudades, demasiado conocida por los trabajadores sociales, que parece desinteresarse de todo y continuar simplemente su existencia desnuda en medio de una extrema pobreza y suciedad. Con demasiada frecuencia deben ser asistidos por fondos públicos, y se vuelven una carga para la comunidad. Desgraciadamente, tales condiciones de existencia no les impiden seguir reproduciéndose, y sus familias son en promedio muy grandes, mucho más grandes que las del país en su conjunto.
Diversos tests, de inteligencia y de otro tipo, revelaron que tienen un C.I. muy bajo, y que están genéticamente por debajo de lo normal en muchas otras cualidades, como la iniciativa, el interés y afán general exploratorio, la energía, la intensidad emocional y el poder de la voluntad. Esencialmente, no son culpables de su miseria e imprevisión. Pero tienen la mala suerte de que nuestro sistema social abona el suelo que les permite crecer y multiplicarse, sin otra expectativa que la pobreza y la suciedad.
Aquí también podría ser útil la esterilización voluntaria. Pero yo pienso que nuestras mejores esperanzas deben apoyarse en el perfeccionamiento de nuevos métodos de control de nacimientos, sencillos y aceptables, ya sea por contraceptivos orales, ya sea, quizá preferentemente, por métodos inmunológicos que exigirían inyecciones".
"La revolución misma es inevitable. (...) Se la puede hacer de diversas maneras. (...) La manera totalitaria... es poco atractiva, pero es capaz de asegurar un rendimiento muy elevado, como lo descubrieron a sus expensas los adversarios de la Alemania nazi. Existen todos los motivos para creer, sin embargo, que tales ventajas no son duraderas. (...) La democracia necesita ser "repensada" en función de un mundo que se transforma".


Julian Huxley explica entonces su concepción keynesiana: la economía liberal debe ser controlada y dirigida por el Estado.

"La generalización... de Darwin sobre la selección natural, hizo posible y necesario eliminar la idea de que Dios guía las fases de la vida evolutiva. Finalmente, las generalizaciones de la psicología moderna y de las religiones comparadas, hicieron posible, y necesario, eliminar la idea de que Dios guía la evolución de la especie humana mediante la inspiración o alguna otra forma de dirección sobrenatural. (...) Freud, agregado a Darwin, alcanza a darnos una idea general filosófica. (...) [Si el individuo] quiere aplicar sus valores morales, aparentemente absolutos, a situaciones particulares, tales valores exigirán la ayuda constante del relativismo. (...) No se debe matar: pero es menester analizar de manera racional si ese principio concierne a la guerra, a ciertos casos de suicidio y de aborto, a la eutanasia y a la reglamentación de la natalidad. (...) La sociedad debe utilizar racionalmente un mecanismo irracional para crear el sistema de valores que ella desea"
“La palabra religión a menudo es empleada restrictivamente para significar creencia en dioses; pero yo no la empleo en este sentido... Yo la empleo en un sentido más amplio, para denotar una relación general entre el hombre y su destino, y una que involucra sus sentimientos más profundos, incluyendo su sentido de lo que es sagrado. En este sentido más amplio - humanismo revolucionario - me parece es capaz de convertirse en germen de una nueva religión, no necesariamente suplantando las religiones existentes, sino suplementándolas”.

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3. Otros criptoeugenistas

3.1. Dr. Carlos P. Blacker

Inglés, secretario de la Eugenics Society de 1931 a 1943, secretario general en 1943, director de 1944 a 1946, presidente en 1951, honorario en 1957.
Discípulo de Julian Huxley, se diploma en medicina en 1931. Miembro de la Comisión Real sobre la Población, es su delegado en la Conferencia Mundial sobre la Población de 1954 y asesor en cuestiones sociales y poblacionales ante el ministerio de Salud en 1958. Presidente administrativo del I.P.P.F. , de 1959 a 1961.
En un informe a la Eugenics Society en 1951, referido a los experimentos nazis realizados en personas vivas para desarrollar un método económico de esterilización de masas, concluye que, si bien dichos métodos no funcionaban, "sería perfectamente apropiado continuar la experimentación con alguna de las drogas esterilizantes que fueron utilizadas por los médicos nazis..."

"Las actividades de la Sociedad en el cripto-eugenismo deberían ser continuadas con energía, en particular, la Sociedad debería aumentar su sostén económico a la F.P.A. [Association de Planificación Familiar, la rama inglesa de planificación familiar] y a laI.P.P.F. [International Planned Parenthood Federation] y tomar contacto con la Sociedad para el Estudio de la Biología Humana [Society for the Study of Human Biology], que ya tiene gran cantidad de miembros activos, para ver si hubiera allí proyectos interesantes con los que la Eugenics Society pudiera colaborar.” Propuesta de Blacker en la Eugenics Society inglesa.

3.2. WILLIAM SHOCKLEY

A finales de los años 60 el psicólogo de la universidad de Harvard, Arthur Jensen, volvió a poner en el candelero las ideas hereditaristas de la inteligencia al publicar un polémico artículo titulado ¿Cuánto podemos elevar el cociente de inteligencia y el rendimiento escolar?, en el que defendía que la diferencia en las calificaciones del cociente de inteligencia (CI) entre blancos y negros está determinada genéticamente. Basándose en las ideas de Jensen, el físico de la universidad de Standford, William Shockley, propuso en 1972 la esterilización masiva de los individuos con cociente intelectual inferior a 100. Sugirió comenzar por las personas dependientes de la seguridad social, a las que se incentivaría con una prima económica de 1.000 dólares por cada punto por debajo de 100 en su cociente de inteligencia. “Tal proposición se presentó a los legisladores conservadores convenientemente aderezada, mediante el uso de la Aritmética para demostrar que el coste del programa se amortizaría en dos o tres generaciones, al desaparecer la necesidad de mantener programas de seguridad social, prisiones e instituciones psiquiátricas. En ese año, un mínimo de dieciséis mil mujeres y ocho mil hombres fueron esterilizados por el gobierno de Estados Unidos. En 1974, catorce estados tenían en estudio propuestas legislativas de ese tipo. En esas fechas, el fiscal general de Estados Unidos, William Saxbee, declaró que "los genes determinantes del comunismo tienden a agruparse con mayor frecuencia en familias judías". (Woodward, V. (1982). "cociente intelectual y racismo científico").
En aquellos momentos, Daniel Moyniham, entonces consejero del presidente Richard Nixon, proclamaba que “los vientos huracanados de Jensen azotaban la capital” (Woodward, 1982, p.74). La estrecha relación entre las teorías hereditarístas de Jensen y la siniciativas eugenésicas de Shockley es patente en este comentario.
Por muy disparatados que puedan parecer estas propuestas, su desaparición no ha sido total. En los Estados Unidos, en fecha reciente como 1995, la asociación MENSA, constituida por personas con un cociente intelectual superior a 132, proponía la eliminación de los individuos inferiores, entre los que incluía a los retrasados mentales. Existe también en los Estados Unidos un banco de semen, dirigido por Robert Clark, para Premios Nobel y otros personajes igualmente destacados que suministra esperma para inseminaciónes artificiales, siempre que las mujeres que lo soliciten tengan un cociente intelectual suficientemente elevado

3.3. HERMANN MULLER Y LOS BANCOS DE SEMEN

En 1959, Hermann Muller presentó su idea de la “selección germinal”. Ësta consistía en la creación deun banco de semen donde se conservasen congelados los espermatozoides de hombres ilustres, entre los que figurarían Premios Nóbel, para ser utilizados en procedimientos de inseminación artificial. Naturalmente, las mujeres que tuviesen acceso a las donaciones de semen tendrían que ser seleccionadas por sus características genéticas. El objetivo de tal propuesta era orientar la evolución humana. Con el tiempo la selección germinal iría eliminando los genes deficientes y haría proliferar los de mejor calidad.
En el año 1963, el millonario Robert Gram. se compometió a proporcionar a Muller los primeros mil dólares para el establecimiento de una Fundación Germinal y otros tres mil dólares anuales para un depósito de nitrógeno líquido. Según Muller, entre las características que debían poseer los donantes tendrían que figurar la inteligencia y el altruismo.
Después de la muerte de Muller en 1971, Gramham creó el depósito de selección germinal que bautizó con el nombre de Hermann J. Muller, a pesar de las objeciones puestas por la viuda de éste. Comenzó a recolectar semen solamente de Premios Nobel y a buscar mujeres sanas e inteligentes para recibirlo. El único premio Nobel que reconoció haber donado su semen para este fin fue William Shockley, del que ya hemos comentado sus aradoras propuestas eugenésicas para la esterilización incentivada de las personas con CI inferior a 100.
El “Banco de Semen” sigue existiendo en la actualidad y, aunque ha renunciado a que los donantes sean exclusivamente Premios Nobel, limita sus reservas al semen de científicos.

3.4. Lord John M. Keynes

(1883-1946). Economista inglés, fundamentalmente anti-cristiano, director de la Eugenics Society de 1937 a 1944, vicepresidente en 1937. Es el elaborador de la doctrina keynesiana, que preconiza el control de la economía liberal por el Estado. Primer director del Banco Mundial en 1946 (International Bank for Reconstruction and Development). En la India, durante la hambruna de 1966, los préstamos del Banco Mundial estaban condicionados a la implementación de una política de control de nacimientos (aborto, esterilización y contracepción).
Keynes creía firmemente en el eugenismo Galtoniano, que consideraba la rama más importante de la sociología.

3.5. Prof. Dr. Otmar Freiherr von Verschuer

(1896-1969). Alemán, miembro de la Eugenics Society norteamericana en 1956 y de la A.S.H.G. (Sociedad Americana de Genética Humana).
Médico, fue director de la división "Herencia humana" del Instituto Kaiser Wilhelm en Berlin, en 1934. Enseñó "el ámbito completo de la antropología, de la herencia humana y de la eugenesia" así como la "heredo-patología general y específica". En 1935, Von Verschuer declaraba ser el "responsable de asegurar que el cuidado de los genes y de la raza, campo en que Alemania era líder mundial, tuviesen una base tan firme que pudieran resistir a cualquier ataque exterior". De 1936 a 1942 es el director del Instituto del Tercer Reich para la Herencia, la Biología y la Pureza Racial, en Francfort.
Se trata de un criminal de guerra, que escapó de las persecuciones, a pesar de su asociación con Mengele (el denominado ángel de la muerte), alumno suyo. El aseguraba la financiación y utilización de los resultados de sus "investigaciones" en Auschwitz.
Él inspiró a Mengele sus experimentos sobre mellizos. Por ejemplo, recuperaba los ojos de los mellizos muertos por Mengele para alimentar sus propias investigaciones sobre la transmisión hereditaria de defectos oculares.
También hacía financiar a su protegido: "Mi co-investigador en el presente estudio es mi asistente Mengele, médico y antropólogo. Presta servicios como Haupsturmführer y médico en el campo de concentración de Auschwitz... Con autorización del Reichsführer S.S. Himmler, se está llevando a cabo un estudio antropológico de las diversas formas de grupos raciales en el campo de concentración, y se enviarán muestras de sangre a mi laboratorio con fines de investigación". El dinero obtenido sirvió para construir una sala de disección, ubicada entre las cámaras de gas y el horno crematorio. Diversos órganos, miembros y muestras de sangre (extraídos de deportados previamente infectados con tifus) fueron preparados allí, y posteriormente enviados a Von Verschuer y otros científicos del Instituto Kaiser Wilhelm.
Tras la derrota nazi, Von Verschuer destruyó su correspondencia con Mengele y pretendió ignorarlo todo acerca de Auschwitz y de los métodos bárbaros de su discípulo.
El conocimiento tardío de estas maniobras no permitió una condena por el Tribunal de Nüremberg. Kallmann concurrió a testimoniar en favor de Von Verschuer. El jefe de expertos médicos del Tribunal era Leo Alexander, que también fue miembro de la A.S.H.G. (Sociedad Americana de Genética Humana) en 1954.
Después de la guerra, Von Verschuer entró en contacto con los eugenistas ingleses (Bureau of Human Heredity en Londres) : "Espero que el equipamiento científico del ex Instituto Kaiser Wilhelm en Dalhem, que yo he traído... a Francfort, me permitirá continuar, o más bien, retomar mi trabajo de investigación.... sobre la tuberculosis... No pierdo la esperanza de que haya gente en Inglaterra y Estados Unidos que me ayudarán a continuar mis investigaciones cientificas".
Von Verschuer les informó también que tenía en su poder los resultados de las invstigaciones de Auschwitz.
En 1968, culminó su carrera como profesor emérito en el Instituto de Genética Humana de la Universidad de Munster. Su sucesor era Widukund Lenz, hijo de Fritz Lenz, inspirador de la política eugenista de Hitler.
En cuanto a Joseph Mengele, el "ángel de la muerte", huyó a la Argentina, donde continuó su carrera practicando abortos, ilegales. Una joven murió a consecuencia de ello y Mengele compareció ante los tribunales que, extrañamente, no lo condenaron (New York Times, 11/02/1992).

3.6. ALVA MYRDAL

Defensora acérrima del “plan de mejoramiento de la población” Sueca, consistente en la esterilización forzada de miles de personas, por considerárseles “biológicamente inferiores”.
Desde 1949 a 1955, el involucramiento de la ONU en asuntos de la mujer sufrió un decidido cambio a manos de la Sra. Alva Myrdal, de origen sueco, quien asumió la dirección de varios de sus organismos. En su libro, Crisis en el asunto de la población, publicado en 1934, Myrdal y su esposo Gunnar promovieron la idea de que la familia tradicional es un sistema “casi patológico”, “sin raíces” y condenado a “la desintegración y la esterilidad”. Alegaban que debía ser reemplazada por un modelo de familia en el cual la mujer se comportaría en el trabajo como “el camarada” del hombre, donde los niños se convertirían en una responsabilidad social y donde nociones supuestamente “anticuadas” como “vida privada” y “hogar”, darían paso a la cooperación social. También favorecían la liberalización de la ley sueca sobre el aborto, la disponibilidad de los anticonceptivos, la educación sexual en las escuelas, la responsabilidad del Estado de establecer metas y controles en asuntos de población y la eliminación de distinciones legales y sociales entre adultos casados y solteros. La Sra. Myrdal también alegaba que para lograr la igualdad de género, había que desmantelar el hogar tradicional por medio de la ley, y que aún sería necesaria la coacción para eliminar aquellos roles femeninos que fuesen incompatibles con esta visión de lo que es la igualdad.
Las ideas de Alva Myrdal y de otros dirigentes de similar mentalidad fueron penetrando los distintos organismos de la ONU, manifestándose especialmente a través de sus conferencias internacionales. Como “premio a su contribución a la humanidad” recibió en 1982 el premio Nóbel de la Paz

3.7. Prof. Franz JOSEF. Kallmann

Alemán, miembro asociado de la Eugenics Society norteamericana en 1955, fundador de la A.S.H.G. (Sociedad Americana de Genética Humana) en 1948 (junto a Von Verschuer).
Este médico psiquíatra comienza su carrera en 1919 en Breslau y la continúa en los laboratorios de neuropatología de los hospitales de Berlín entre 1929 y 1935. Se formó con Ernst Rüdin en Munich. [Ernst Rüdin fut director de esterilización genética bajo el régimen de Hitler, y luego fundador de la Sociedad Nacional-socialista por la Higiene Racial]. Por causa de una ascendencia judía, Kallmann fue expulsado de Alemania en 1936, lo cual no le impidió acudir al tribunal de Nüremberg para prestar testimonio en favor de Von Verschuer (protector de Mengele).
Kallmann fundó el departamento de genética médica del Instituto Psiquiátrico del Estado de New-York en 1936. Prosiguió allí sus investigaciones sobre la genética de la esquizofrenia, con el apoyo financiero de los francmasones del rito escocés del Norte (6 millones de dólares).
Cuando publicó los resultados de sus trabajos en 1938, no olvidó agradecer, además de los francmasones del rito escocés, a Ernst Rüdin, arquitecto de las leyes raciales de Hitler. "El Dr. Franz J. Kallmann, quien estuvo anteriormente asociado al Dr. Ernst Rüdin, en investigaciones de psiquiatría genética, está actualmente vinculado al Hospital y al Instituto Psiquiátrico de New-York, donde efectúa un trabajo de investigación en el mismo campo" declaraba efectivamente el Eugenical News en 1938.
Como Mengele, Kallmann se interese mucho por el estudio de los mellizos. Él es uno de los principales inspiradores y fundadores de la A.S.H.G. (Sociedad Americana de Genética Humana), que originó el desarrollo de los tests prenatales, fuente del aborto eugénico.

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4. Eugen Relgis y el pacifismo: La superpoblación como causa de la guerra.

“¡En nombre de la humanidad, los hombres tendrían que dejarse exterminar por monstruos con rostro humano!”Eugen Relgis 1950

Eugen Relgis (1895-1987) fue un anarquista rumano y es considerado uno de los más importantes abanderados de la corriente pacifista que recorrió Europa después de la segunda guerra mundial. Escribió varios manuales que tienen amplia difusión en los que expone sus ideas. En 1950 publica “Humanitarismo y eugenesia” donde defiende la eugenesia como un acto de progreso de la humanidad.
Desde una visión puramente materialista del hombre y la sociedad, parte de la hipótesis de que “los dos ejes que sostienen la existencia terrestre son el hambre y la procreación, el vientre y el sexo”. Eugen argumenta que el eugenismo es un humanismo y que la causa principal de todas las guerras es la superpoblación. Por ello, trabajar por la esterilización y el control de los pobres es luchar por la paz futura. Sus tesis principales son:

1. Esterilización de cuantos manifiesten caracteres patológicos o sufran enfermedades incurables.

“Cuando una especie animal comienza a degenerar, hállase condenada a desaparecer. En la especie humana, la perpetuación de los degenerados se ha hecho posible por la ciencia médica y por la doble moral social, que protege a los débiles y sostiene a los estropeados e incluso a los “tarados” incurables. Así, el tipo humano inferior se reproduce y su multiplicación es una causa de degeneración de la especie humana. `La selección natural, atemperada por el hombre, es por tanto disgénica´”.
“No podemos exterminar a los degenerados que viven entre nosotros. Pero, podríamos evitar el nacimiento de otros degenerados. En lugar de la selección natural, el hombre puede practicar la selección racional, empleando los medios propios para prevenir la transmisión de la herencia mórbida”.

2. Evitar los pobres como medida de progreso de la humanidad.

“La raza de los pobres es inferior a los hombres normales desde todos los puntos: no solamente la talla, la capacidad craneana, la fuerza física y la resistencia a la fatiga son reducidas en ella; no sólo el crecimiento de sus hijos es lento; no sólo sufre anomalías fisiológicas, sino tiene una sensibilidad más reducida y sus caracteres psicológicos aproximan su mentalidad a la del niño y a la del primitivo”.

3. La mujer como pieza clave de la “nueva humanidad”.

“Si la mujer del pueblo poseyese los conocimientos sexuales de una mujer del `gran mundo´, si dispusiera, sobre todo, de los medios discretos de evitar la concepción no deseada o el nacimiento que pone a veces en peligro la vida de una madre y es fatal con frecuencia para el hijo, entonces la mujer del pueblo sería un elemento activo en la regeneración de la especie”.
“Las mujeres deben adquirir conciencia de su gran misión: el mejoramiento de la especie humana por medio de una educación sexual integral, dispensado a ellas mismas, así como a los hombres y a los niños”.

4. La Iglesia al fomentar la caridad se convierte en el principal enemigo del progreso humano.

“Las herejías más importantes que se oponen a estas reformas son contenidas en los dogmas religiosos y ultranacionalistas. La Iglesia –sea cual fuere: cristiana, judaica, islámica – abusa del mandamiento bíblico: “Creced y multiplicaros”. Es mandamiento absoluto también en la India famélica, en la China opiómana y en el Japón imperialista”.
“La maternidad consciente exige del hombre un espíritu libre de los dogmas y de las supersticiones, y un corazón grande en el que debe de dominar el respeto ajeno, que es la forma más elevada de la justicia y la piedad, que es la forma más elevada del amor”.

5. La guerra es consecuencia de la “superglobalización”.

“La presión de la población en todos los países entraña, como principal consecuencia histórica, emigraciones e invasiones, no sólo con miras a un establecimiento pacífico, sino también, para la conquista, para el sometimiento y la explotación de los pueblos más débiles. Los conflictos internacionales encuentran siempre en ello su causa principal” Informe del comité nacional de la tasa de la natalidad 1916.
“La reglamentación de la población – de la procreación – es la manera más eficaz de asegurar el cese de la guerra” Adelyne More.
“… la limitación de los nacimientos debe ser mundial, pues el planeta hállase sometido hoy a leyes unitarias. Si por ejemplo, Europa practica el eugenismo, quedará expuesto al peligro de una invasión del Asia prolífica, pese a toda su superioridad en materia de técnica. En efecto, de igual modo que la limitación de los armamentos, la limitación de los nacimientos no será eficaz más que en el cuadro planetario”.

6. La educación sexual constituye el medio para conseguir la “maternidad consciente”.

“Esos saboteadores de la vida deben ser considerados y tratados como malhechores por los humanos acrisolados, que sientan en sí mismos el sufrimiento de todos los pobres seres así engendrados”.
“La revolución sexual consiste simplemente en la aplicación de los principios eugenésicos y en el reconocimiento de la ley de población del maltusianismo”.
“Llegará un tiempo en que los hijos pedirán cuentas a los padres del crimen de haberles hecho nacer para el infortunio. La educación sexual integral hácese más fácil cada día y será obligatoria para cada cual, en la medida que lo es hoy el conocimiento del abecedario”.

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5. La fundación Rockefeller

El informe Rockefeller señalaba como causa fundamental del peligro para la plena consecución de sus planes de reducción forzada de la población a la Iglesia Católica “que educa a los pueblos, les da cultura, les hace pensar y les anuncia la inalienable dignidad de los hombres” (Sandalio, 2004, Julio 7, El Informe Global 2000).
Uno de los más notables portavoces estadounidenses del darwinismo social fue John D. Rockefeller, el primero de la dinastía, que declaró en un discuros Cléber:

“La variedad de rosas American Beauty sólo puede producirse con el esplendor y el perfume que entusiasman a los que la contemplan sacrificando los primeros brotes que nacen a su alrededor. Lo mismo ocurre en la vida económica. No es más que la aplicación de una ley de la naturaleza y de una ley de Dios”. John Davinson Rockefeller

Está mentalidad la transmitió a descendientes, que crearon la Fundación Rockefeller para seguir estos fines. Uno de los campos en el que la Fundación Rockefeller fue pionera es el del control de la natalidad, al punto que ya en 1934 comenzó a desarrollar su labor en ese terreno uno de los miembros del clan, John D. Rockefeller III, si bien los condicionantes mentales de la época no eran aún lo suficientemente propicios para tales planteamientos. Pero ese inicial inconveniente no habría de suponer un gran obstáculo. Todo era cuestión de tiempo y del adecuado despliegue propagandístico para que la mentalidad occidental fuera adaptándose a las necesidades del capitalismo moderno. A medida que el asunto se fue divulgando, el rechazo de los primeros momentos a las tesis anticonceptivas fue dando paso a una acogida más favorable, de tal modo que ya a finales de los cincuenta el control de la natalidad se había convertido en una de las prioridades de la política exterior norteamericana. Tanto es así que, en 1958, el Departamento de Estado adoptó como tesis oficial que el crecimiento demográfico constituía el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social y para el mantenimiento de la estabilidad política en los países del Tercer Mundo. Una tesis que ha venido manteniéndose desde entonces, y mediante la cual se han soslayado sistemáticamente las razones de fondo de la postración tercermundista. No será ocioso significar que buena parte del presupuesto dedicado por la Administración norteamericana al control de la natalidad en las regiones subdesarrolladas ha corrido tradicionalmente a cargo de las Fundaciones Ford y Rockefeller, cuyo proverbial altruismo se manifiesta igualmente en el ámbito occidental a través de sus aportaciones millonarias a la causa proabortista.
Desde John D. Rockefeller Sr. en el siglo XIX, que había sido influenciado por el darwinismo social de Herbert Spencer, esta poderosa familia norteamericana financia el activismo eugenista. Lo hace especialmente a través de las siguientes organizaciones:

El Population Council, En 1952, John D. Rockefeller III y Frederick Osborn crean el Consejo de Población, preocupado por las consecuencias que podía tener el crecimiento de la población en los países en desarrollo. Dicho Consejo dio muestras inequívocas de simpatía eugenésica durante la primera década de funcionamiento, cuando financió la creación de la Sociedad Estadounidense de Eugenesia y ofreció apoyo a la publicación Eugenics Quarterly. Tiene además una influencia esencial en la política norteamericana de despoblación (capacitación de "expertos" en demografía y apoyo a la investigación de contraceptivos y abortivos). Es al Population Council que Hoechst-Roussel "donó" la licencia del RU486. También recibe fondos de la Fundación Ford.
Desde entonces, el Consejo de Población tiene un papel clave en las investigaciones teóricas sobre "asuntos de población" y en el desarrollo de técnicas de contracepción. En varios casos, y un ejemplo es el del Norplant, se trató de métodos pensados para integrar programas de control de natalidad patrocinados por Occidente a fin de limitar la fertilidad de las mujeres del mundo en desarrollo. Rara vez su aplicación fue totalmente voluntaria.

Los informes Kinsey fueron una herramienta esencial de la revolución sexual, aun cuando quedó demostrado que eran un fraude científico.

El World Watch Institute, creado por el Rockefeller Brothers Fund para "alertar a los decisores y al público en general acerca de las tendencias globales emergentes en la disponibilidad y manejo de los recursos, tanto humanos como naturales, bajo la dirección del renombrado activista Lester R. Brown. El World Watch Institute procura dirigir la atención de la prensa hacia la "crisis" poblacional, mediante la publicación de folletos y de libros que anuncian la inminencia de calamidades debidas a la superpoblación. Es igualmente financiado por la ONU y por la Fundación Ford. El World Watch Institute, en su último informe (14/01/96), elogia a China e Irán por sus políticos anti.familiares, al tiempo que deplora la desaparición de ciertas especies de animales salvajes.

Catholics for a Free Choice, (Católicos por la libre elección), cuyo propósito es hacer creer que se puede ser católico y promover el aborto.

La Planned Parenthood, (Planificación Familiar), así como todos sus avatares durante en el transcurso del siglo. Margaret Sanger hacía circular el dinero de los Rockefeller y de los McCormick en dirección de Gregory Pincus, para sus investigaciones sobre la "píldora". Actualmente, es la rama activista del eugenismo, oculta tras el camuflaje de "servicios de la salud reproductiva".

El Instituto Kaiser Wilhelm en Berlin y en Munich. Los Rockefeller han ayudado allí a Ernst Rüdin, arquitecto de la política eugenista de Hitler.

El Council on Foreign Relations (CFR), destinado a promover un "nuevo orden mundial" contra las soberanías nacionales.

La Fundación Rockefeller, "para promover el bienestar de la humanidad en todo el mundo", se está concentrando en el desarrollo internacional de las "ciencias de la población". Es un instrumento de transferencia de dinero, especialmente hacia la Planificación Familiar.

La O.N.U.: la Declaración sobre la Población, de la ONU, era una iniciativa de John D. Rockefeller III. Rockefeller donó el dinero y el terreno para el edificio de la ONU en Nueva York. Entre los representantes norteamericanos en la división "Población", se encuentran F. Notestein y Kingsley Davis, de la American Eugenics Society. La rama demografía de la ONU es una iniciativa de Frederick Osborn (igualmente miembro de la A.E.S.) ; G. Acsadi-Johnson, responsable de la rama "Fertilidad y Población" en 1974 también era miembro de la A.E.S.

EL CONSEJO DE POBLACIÓN

En el mes de junio de 1952, John D. Rockefeller funda el Population Council con el fin de desarrollar la investigación cineífica fundamental sobre la fisiología de la reproducción humana, la investigación aplicada en los métodos anticonceptivos (de ahí la píldora de Pincus en 1956 y el dispositivo intrauterino en 1960) y, por último, sobre las implicaciones sociales, éticas y morales de los métodos anticonceptivos (P. Bourcier de carbon, 1998). Siendo muy activo, el Population Council se asegura la colaboración de los sucesivos directores de la División de la Población de las Naciones Unidas (D. Kira, F. Notestein, B. Berelson) y logra que a través de dicho organismo se admita la idea de que la única forma de evitar las catástrofes anunciadas consiste en reducir por todos los medios la fecundidad en los países pobres. En 1965, la Comisión de la Población de la ONU propone una asistencia internacional a cualquier país solicitante acerca de los problemas de población incluyendo la planificación de los nacimientos. Al año siguiente, John D. Rockefeller obtiene personalmente las firmas de 30 jefes de Estado (entre los que figuran las de Suecia y Finlandia) en un manifiesto de la población que proclama que “las parejas deben tener la posibilidad de planificar a su familia y disponer de los medios y los los conocimientos a tal efecto”. El secretario general de la ONU, U. Thant, crea entonces el Fondo de las naciones Unidas para las actividades en materia de población (UNFPA) que recibe un enorme presupuesto (240 millones de dólares en 1994) para promover la restricción de los nacimientos en cualquier zona del mundo.
Sin embargo, en 1974, en el Tercer Congreso Mundial de la Población celebrado en Bucarest, la resistencia de varios países (Argelia, Argentina) lleva a John D. Rockefeller y, tras él, al Banco Mundial a flexibilizar sus posturas reconociendo que “el crecimiento demográfico rápido no es más que uno de los múltiples problemas a los que se enfrentan la mayoría de los países” y que “reducir el crecimiento demográfico no es una alternativa al desarrollo”. Durante la segunda conferencia mundial que tuvo lugar en México en 1984, se constata que el crecimiento demográfico ha frenado – en la mayoría de los países pero no en todos – y que las poññiticas antinatalistas tienen unos efectos sólo escasos sobre el desarrollo. Estados Unidos, hostil a las intervenciones estatales, suprime su contribución al UNFPA. A partir de entonces, los neomalthusianos hacen más hincapié en los derechos de la mujer y en la salud de la reproducción “para una vida mejor de las generaciones por llegar”. Apoyadas por organismos privados – en particular por la Internacional Parentwood Federation IPPF –, algunas universidades americanas y varios gobiernos logran el apoyo de otra agencia de la ONU, la Organización Mundial para la Salud (OMS), que se hace cargo en cualquier parte del mundo de los programas de anticoncepción y de esterilización; y todo ello en nombre de un “nuevo paradigma” que implica los aspectos económicos y políticos de la salud (M. Schooyans, 1997). Este tema de la “salud reproductiva” ocupa el lugar central durante la Tercera Conferencia Mundial sobre “Población y Desarrollo” (El Cairo, 1994) con sus diferentes aspectos: “maternidad sin riesgo”, “planificación familiar”, “regulación de la fecundidad”. No obstante, resulta imposible obtener el acuerdo unánime de los gobiernos con vistas a generalizar la esterilización y el aborto en los países en desarrollo.
¿Cuál fue el impacto de estas campañas? En apariencia, el resultado más espectacular ha sido el progreso de la esterilización, que concerniría ahora al 37% de las mujeres en edad de procrear en los países llamados “en vías de desarrollo” (39% en Asia y en Oceanía, 36% en América Latina, 9% en África); pero sale a relucir que el descenso de la fecundidad en dichos países se debe más a ciertos cambios culturales – que se suelen designar con el término impreciso de “modernización” – que a la difusión de procedimientos técnicos. En lo que a Europa se refiere, la ofensiva fatalista ha tenido probablemente efectos indirectos a causa de la ideología que implicaba y ello a pesar de la donosa prgunta que Alfred Sauvy gustaba de hacer: “¿Es que hay que ponerse a dieta so pretexto de que un obeso vive en la casa de al lado?”.

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6. El "humanismo" secularista

Una de las raíces ideológicas de la “cultura” de la muerte es lo que podríamos llamar el “humanismo” secularista. Este falso “humanismo” se distingue del verdadero humanismo cristiano en que reduce al hombre a la dimensión inmanente y rechaza su dimensión trascendente: Dios. El humanismo cristiano centra su visión del hombre en Dios, pues reconoce que Dios es el fundamento de su ser y de su dignidad.
El “humanismo” secularista, por el contrario, erróneamente ve en Dios o en la religión un “obstáculo” para el “progreso” del hombre, sobre todo el progreso científico. De hecho, el “humanismo” secularista pone todas sus esperanzas en el hombre, en su ingenio científico y tecnológico y en esta vida terrenal, rechazando o restándole importancia a la vida eterna con Dios.
Esa es, en pocas palabras, la ideología del “humanismo” secularista, tal y como la han plasmando sus proponentes en los dos Manifiestos humanistas que se han publicado hasta la fecha en Estados Unidos, uno en 1933 y el otro, más radical todavía, en 1973.
Uno de los firmantes del I Manifiesto humanista (el de 1933) fue John Dewey, considerado el padre de la educación estadounidense. Sólo podemos imaginarnos el tremendo daño que el excesivo pragmatismo de Dewey le ha hecho a la mentalidad del pueblo de Estados Unidos y, por la poderosa influencia de este país, en el resto del mundo. Los malos frutos de esa ideología se están cosechando hoy en la “cultura” de la muerte.
El II Manifiesto humanista, publicado en 1973, tuvo una larga lista de signatarios, todos ellos personnas muy influyentes --intelectuales, académicos, científicos y educadores. Es importante destacar que entre esos firmantes estuvieron el Dr. Alan F. Guttmacher, que en esos tiempos fue dirigente de Paternidad Planificada; Norman Fleishman, otro líder en Estados Unidos en aquel entonces de esa misma organización proabortista; el Dr. Henry Morgentaler, un tristemente famoso abortero del Canadá; Betty Friedan, a quien ya mencionamos y que fue la fundadora del feminismo radical en Estados Unidos y de la organización feminista NOW, a la cual también ya hemos mencionado; Sol Gordon, uno de los promotores principales de la “educación” sexual inmoral en Estados Unidos; y Julian Huxley, de Gran Bretaña y ex director de la UNESCO.
Las siguientes citas que hemos seleccionado del II Manifiesto humanista revelan, por sí mismas, la ideología agnóstica, relativista y antivida del “humanismo” secularista.
Con respecto a la religión o a la fe en Dios, los signatarios del Manifiesto afirman:

“No podemos descubrir ningún propósito divino o providencia para la especie humana. Aunque hay muchas cosas que desconocemos, los seres humanos somos responsables de lo que somos o de lo que seremos. Ninguna deidad nos va a salvar; tenemos que salvarnos a nosotros mismos”.

Este rechazo de Dios lógicamente lleva a un rechazo también de los principios morales objetivos y absolutos y, consecuentemente, a la aceptación de una “moral” relativista. Con respecto a ello, los firmantes declaran:

“Afirmamos que los valores morales se derivan de la experiencia humana. La ética es autónoma y situacional, no necesita ninguna aprobación teológica o ideológica. La ética surge de las necesidades humanas y del interés humano.”

Toda esta palabrería sonará muy bonito, pero es falsa, absurda y dañina. Si cada cual tiene unas necesidades y unas experiencias diferentes, entonces lógicamente cada cual tendrá una “ética” diferente. La conclusión de todo ello es que los más fuertes impondrán su “moral” o sus “valores” sobre los más débiles e indefensos. Es lo que está ocurriendo, por ejemplo, con el aborto y la eutanasia. Los que tienen voz y voto deciden en una falsa e hipócrita “democracia” aprobar estas prácticas criminales para su propia conveniencia y egoísmo, llamándoles “intereses” o “necesidades”. Sólo una moral objetiva, absoluta y universal, fundada en la bondad y la justicia de Dios, puede garantizar que los derechos y los deberes de todos sean respetados y promovidos.
En relación con los crímenes del aborto y la eutanasia, así como otros males, los signatarios declaran: “En el área de la sexualidad, creemos que las actitudes intolerantes, a menudo cultivadas por las religiones ortodoxas y las culturas puritánicas, reprimen indebidamente la conducta sexual. El derecho al control de la natalidad, al aborto y al divorcio debe ser reconocido... Las distintas formas de exploración sexual [¿homosexualismo?] no deben ser consideradas malas en sí mismas... Para acrecentar la libertad y la dignidad, el individuo debe experimentar un ámbito completo de libertades civiles en todas las sociedades. Ello incluye...la eutanasia y el derecho al suicidio.”
Obsérvese que, además de recurrir otra vez a la palabrería, los signatarios del Manifiesto tildan a sus oponentes de tener “actitudes intolerantes” y de ser “puritánicos”. Esa es una estrategia típica de los promotores de la “cultura” de la muerte, ridiculizan a los que se le oponen y evitan el diálogo abierto, sincero y fundado en sólidos argumentos científicos y éticos. Los proabortistas de Estados Unidos, por ejemplo, jamás admiten que en los medios de comunicación se muestre qué es el aborto y qué le hace al bebito no nacido y a su madre. Luego acusan de “intolerantes” a los que defienden la vida de aquellos que no tienen ni voz ni voto.

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7. Las aplicaciones actuales de la eugenesia

El denominado aborto "terapéutico": no tiene nada de terapéutico porque no cura a nadie y porque los progresos de la obstetricia hacen que ya no sea absolutamente necesario para "salvar a la madre". No obstante los médicos ejercen presión psicológica en las mujeres embarazadas, especialmente en las mayores de 35 años. El diagnóstico prenatal (con el que por otra parte se corre el riesgo de dañar al niño) tiene la finalidad casi exclusiva de proponer el aborto si el bebé tiene alguna probabilidad de malformación. Se ha decidido hipócritamente llamarlo aborto "terapéutico" en lugar de aborto "eugenésico".

El aborto legalizado bajo la denominación de "Interrupción voluntaria del embarazo”: la interrupción voluntaria del embarazo proviene de una manipulación de las personas, normalmente acompañada de presiones económicas y psicológicas, cuya finalidad es impedir que los pobres tengan hijos. Para imponer este aborto, se ha recurrido a diversos mitos. El principal es del hijo "deseado".

El aborto provocado involuntario: por lo general se practica en los países occidentales bajo el nombre de "contracepción", pero mediante procedimientos que en realidad son abortivos, (mecánicos o químicos), ya que intervienen después de la concepción. Entre éstos, se destaca el D.I.U., dispositivo abortivo intrauterino, que comenzó a difundirse durante la primera mitad del siglo. Su creación fue financiada por los movimientos para el Control de la Natalidad (especialmente por Margaret Sanger). En Francia, el D.I.U. ha sido erróneamente clasificado, como un anticonceptivo. Se supone que las píldoras "anticonceptivas" de mini- o microdosis, por su escasa dosificación hormonal, tienen un efecto "preventivo" impidiendo la concepción y eventualmente "curativo" destruyendo el fruto; o sea, un efecto 'abortivo', que los fabricantes y los publicitarios se cuidan muy bien de explicar a sus clientes. La píldora abortiva, RU 486 y otras drogas abortivas, como el NORPLANT, están destinadas a ser difundidas como anticonceptivos en la parte pobre del hemisferio, en el Sur. Tienen la ventaja de ser más baratas y fáciles de administrar, y por ende, más accesibles a la población que las píldoras diarias. El pretexto invocado es el riesgo que corren las mujeres, por los abortos ilegales, supuestamente numerosos. (Para la OMS 200.000 mujeres mueren anualmente en el mundo por abortos ilegales). Estas mentiras ya fueron utilizadas para obtener la legalización del aborto.

La fecundación in vitro con transferencia de embriones: Se realiza así el sueño de los eugenistas: separar totalmente la procreación de la sexualidad. Si el padre receptor es estéril, se selecciona un donante de "calidad" y luego entre los embriones, se elige al que se ha de implantar en función de criterios de "calidad". Testard denunció esta "eugenesia democrática". La Fecundación in vitro con transferencia de embriones, aun cundo no haya selección, es muy mortífera: se fecundan una cantidad de óvulos, procreando así una cantidad de seres humanos embrionarios. De éstos sólo una minoría tiene alguna probabilidad de llegar a término.

La esterilización involuntaria o forzada: surgió en los Estados Unidos, en Gran Bretaña y en Suecia, países de eclosión del eugenismo. También se practicó en Alemania bajo el Tercer Reich, donde se llevaron a cabo muchas investigaciones sobre medios de esterilización en masa, que fueron continuados después de la guerra por los movimientos eugenistas en los países anglosajones. La esterilización forzada es aplicada hoy en China por el gobierno comunista, en el marco de una política abiertamente eugenista. La esterilización involuntaria se aplica en muchos países del Sur: ya sea esterilizando a las mujeres sin que éstas lo sepan durante otras operaciones, ya sea sometiéndolas a campañas de "vacunación" que incluyen un esterilizante con la vacuna.

La eutanasia: Actualmente se practica a gran escala en Francia y en todos los países occidentales, tanto legal como ilegalmente. Su finalidad es reducir el costo de mantenimiento de las personas de edad avanzada y de aquéllas que se han convertido en socialmente "inútiles" y por no alcanzar ciertas normas de "calidad de vida", son consideradas como "indignas de vivir". El sistema permite perpetuar los sistemas de jubilación para las personas activas con buena salud. Aquí también hay una gran hipocresía: se habla de reducción del sufrimiento de los enfermos, de calidad de vida, de muerte digna.

El proyecto del genoma humano: es un viejo proyecto de los eugenistas. Fue lanzado por la Sociedad Americana de Genética Humana (ASHG), fundada por el Dr. Franz J. Kallmann (miembro de la Sociedad de Eugenesia Americana) que había trabajado con los nazis. El conocimiento del mapa del genoma humano permitirá afinar la selección de los hijos antes del nacimiento, e incluso su producción industrial, dentro de la óptica de Francis H. Crick (premio Nobel en 1962 junto con James D. Watson por el descubrimiento del ADN): "Ningún recién nacido debería ser declarado humano mientras no haya pasado con éxito ciertas pruebas relativas a su patrimonio genético, y en caso de fracaso ante dichos controles, debería ser privado del derecho a vivir." (Pacific News Service, 01/1978). Se presentan estas investigaciones como animadas por la finalidad de la "terapia genética"; pero en realidad la "terapia genética" es la muerte del enfermo; en este caso, la de seres humanos embrionarios.

La injerencia del estado en la familia: se ejerce de varias maneras. En China, el Estado, con ayuda de la I.P.P.F., obliga a las familias a tener un único hijo, a veces dos, por medios coercitivos (abortos o esterilización forzados) y de propaganda (fuerte represión de los rebeldes). Otras naciones implementan políticas que perjudican a las familias numerosas o las alientan a la esterilización.
En el mismo orden de ideas, suele suceder que el Estado pretenda inmiscuirse en la educación de los hijos cuando éste ámbito pertenece a los padres y ellos sólo le delegan su autoridad.

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8. Las criptopolíticas demográficas

No es fácil definir el ámbito propio de las políticas demográficas en el seno de la política general (J. Verriére, 1978). No podemos atenernos al estrecho sentido de “políticas voluntaristas que tienen un objetivo demográfico explícito”; pero ¿hay que pasar a la amplia acepción basada no en el efecto buscado sino en el resultado logrado? Entonces, de las políticas demográficas dependerá cualquier medidad que afecte al estado o al movimiento de la población en un aspecto u otro. Peero entonces podríamos llegar a englobar a toda la política económica y a cualquier acción social así como a la ordenación territorial y a las migraciones. Nos atendremos, por tanto, al término de “cripto-políticas”, a las medidas que tienen efectos indirectos – a veces deseados, a veces perversos, a veces ocultos – sobre la constitución de la familia y la reproducción de los hombres.
La cripto-política más evidente concierne la legislación del matrimonio y la reglamentación de los poderes en lafamilia. Por tradición y sobre tyodo desde la Revolución Francesa, el estado se ha arrogado un derecho de observación y de intervención en la esfera familiar convirtiéndose en protector de sus miembros contra el poder arbitrario del pater familias. Ha transmutado el matrimonio en un acto de derecho civil, productor de efectos jurídicos sobre las personas y sobre los bienes. Tiende a limitar el poder paterno en todos los países, a rebajar la mayoría de edad, a definir los derechos del niño e incluso, en caso de peligro, a retirar a éste de la tutela de sus padres. Desde la emergencia de nuevos valores, su gran preocupación estriba en asegurar la igualdad real del hombre y de la mujer en el seno de la pareja así como la de los hijos legítimos y de los hijos naturales. De ahora en adelante, la autoridad es compartida y la noción de cabeza de familia ha desaparecido. El divorcio se ha vuelto más fácil, lo que, con toda evidencia, correspondía a la evolución de las costumbres que aquél ha precipitado.
Por último, algunos estados europeos tratan de dar una estatuto a los concubinos otorgándoles los mismos derechos materiales y sociales que a las personas casadas sin astringirles a los mismos deberes (ayuda, fidelidad). Particularmente típica es a este respecto la reivindicación de un reconocimiento de los “matrimonios homosexuales” con eventual posibilidad de adoptar hijos. En Dinamarca, fueron autorizados en octubre de 1989. En otros países (Países Bajos, Suecia, Noruega, Francia, República Checa) tienden a seguir esta tendencia. Por poco que esta evolución jurídica se acompañe de ventajas fiscales y sociales para los concubinos – presuntamente necesitados de protección – la institución del matrimonio queda seriamente dañada y, por repercusión, lo está también la natalidad ya que las uniones de hecho son menos fecundas que las uniones legítimas.
En el ámbito fiscal es donde, sobre todo, la spolíticas gubernamentales perjudican la nupcialidad y la fecundidad. Por regla general, los impuestos indirectos, aquellos que pesan sobre el consumo, son desfavorables a las familias numerosas como también lo es la tasación de las viviendas cuando se basa en las superficies ocupadas. En cuanto a la fiscalidad directa, aquella que pesa sobre el capital y los ingresos, tiene efectos contradictorios en función de la elección de la unidad impositiva y del cálculo de las exoneraciones de base: en principio, es más ventajoso para una pareja ser gravada de manera conjunta que por separado pero a condición de que su límite impositivo sea netamente más elevado que el del contribuyente aislado. En Francia, por ejemplo, el límite máximo de la ventaja fiscal de la que, hasta 1996, se beneficiaban los concubinos con hijos ha bastado para hacer progresar en 30.000 el número anual de matrimonios. En cuanto a la política social y más particularmente a la política de la vivienda, tiene efectos no despreciables sobre la constitución y dimensión de la familia: vivienda pequeña, familia pequeña. Por regla general, la política familiar que era prioritaria en los años de la posguerra y ello no sin segundas intenciones fatalistas al menos en Francia, se ha transmutado progresivamente a partir de 1970 en política social de redistribucción de los ingresos: el afán de “compensación horizontal” (entre familias en función de su tamaño) ha cedido el paso al de “compensación vertical” (en función de los ingresos). En Francia, por ejemplo, ya sólo se conceden la mayoría de las prestaciones por falta probada de recursos; y algunas primas – particularmente el subsidio de padre o madre aislados – destinadas en principio a las personas desamparadas se han convertido en unas prestaciones de conveniencia que tienen efectos perversoso sobre la nupcialidad (E. Sullerot, 1994).
Por último, el envejecimiento de las poblaciones europeas que conlleva el del cuerpor electoral ha tenido el ineludible efecto de dar prioridad a la tercera edad en la spreocupaciones gubernamentales en detrimento de los jóvenes adultos, cuya entrada en la vida activa no es facilitada ni mucho menos. En Francia, por ejemplo, donde los jubilados, que sólo contribuyen en un 10% al presupuesto de sanidad, absorben un 50%.
Se puede generalizar estos desarrollos sobre las cripto-políticas evocando las nocones de “entorno social” (J.D. Lecaillon, 1992) y de “señal política”: la percepción por familias de las buenas o malas disposiciones del gobierno hacia ellas tiene efectos psicológicos que probablemente superan los efectos materiales de las medidas adoptadas. Y esto vale para el conjunto de las políticas de población.

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9. La eugenesia

«La eugenesia es la auto-dirección la evolución humana»: Lema del Segundo Congreso Internacional de Eugenesia, 1921, representado como un árbol que unifica una diversidad de campos diferentes.

La eugenesia es una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención. Las metas perseguidas han variado entre la creación de personas más sanas e inteligentes, el ahorro de los recursos de la sociedad y el alivio del sufrimiento humano. Los medios antiguamente propuestos para alcanzar estos objetivos se centraban en la selección artificial, mientras los modernos se centran en el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, el control de natalidad, la fecundación in vitro y la ingeniería genética. Su oponentes arguyen que la eugenesia es inmoral y está fundamentada en o es en sí misma una pseudociencia. Históricamente, la eugenesia ha sido usada como justificación para las discriminaciones coercitivas y las violaciones de los derechos humanos promovidas por el estado, como la esterilización forzosa de personas con defectos genéticos, el asesinato institucional y, en algunos casos, el genocidio de razas consideradas inferiores.
La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde muy antiguo, al menos desde Platón, pero su versión moderna fue formulada por vez primera por Sir Francis Galton en 1865, recurriendo al reciente trabajo de su primo Charles Darwin. Desde sus inicios, la eugenesia (término derivado del griego ‘bien nacido’ o ‘buena reproducción’) fue apoyada por destacados pensadores, incluyendo a Alexander Graham Bell, George Bernard Shaw y Winston Churchill. La eugenesia fue una disciplina académica en muchos institutos y universidades. Su reputación científica se vino abajo en los años 1930, época en la que Ernst Rüdin empezó a incorporar la retórica eugenésica a las políticas raciales de la Alemania nazi. Durante el periodo de posguerra, gran parte tanto del público como de la comunidad científica asociaba la eugenesia con los abusos nazis, que incluyeron la «higiene racial» y la exterminación, si bien varios gobiernos regionales y nacionales mantuvieron programas eugenésicos hasta los años 70.

1. Significados de la eugenesia

La eugenesia, desde su mismo principio, significó muchas cosas diferentes para muchas personas diferentes. Históricamente, el término ha sido usado para cubrir cualquier cosa comprendida entre el cuidado prenatal de las madres hasta la esterilización forzada y la eutanasia. En el pasado tuvieron lugar muchos debates, algunos de los cuales continúan en la actualidad, sobre qué se considera exactamente parte de la eugenesia.
El término eugenesia se usa a menudo para referirse a los movimientos y políticas sociales que tuvieron influencia a principios del siglo XX. En un amplio sentido histórico, la eugenesia también puede ser el estudio de la «mejora de la cualidades genéticas humanas». Algunas veces se aplica para describir en términos generales cualquier acción humana cuya finalidad sea mejorar el acervo genético. Algunas formas de infanticidio en las sociedades antiguas, la actual reprogenética, los abortos preventivos y los bebés de diseño han sido llamados (a veces controvertidamente) eugenesia.
Debido a sus finalidades normativas y a su relación histórica con el racismo científico, así como al desarrollo de la ciencia de la genética, la comunidad científica internacional se ha desvinculado casi totalmente del término eugenesia, calificándola a veces de pseudociencia, si bien pueden encontrarse defensores de lo que se conoce como eugenesia liberal. Las investigaciones modernas sobre los potenciales usos de la ingeniería genética ha llevado a una cada vez mayor invocación de la historia de la eugenesia en discusiones sobre bioética, la mayoría de las veces de forma cautelar. Algunos bioéticos sugieren que incluso los programas de eugenesia no coactiva serían inherentemente poco éticos, si bien este punto de vista ha sido cuestionado por pensadores tales como Nicholas Agar.
Los eugenesistas defienden políticas específicas que (de tener éxito) llevarían a una mejora observable del acervo genético humano. Puesto que el definir qué mejoras son deseables o beneficiosas es percibido como una elección cultural más que un asunto que pueda determinarse objetivamente (es decir, por investigaciones empíricas y científicas), la eugenesia ha sido considerada a menudo una pseudociencia. El aspecto más discutido de la eugenesia ha sido la definición de «mejora» del acervo genético humano, como qué es una característica beneficiosa y qué es un defecto. Este aspecto de la eugenesia ha sido históricamente contaminado con racismo científico.
Los primeros eugenesistas estaban más preocupados con los factores observables de la inteligencia que a menudo se correlacionan fuertemente con la clase social. Muchos eugenesistas se inspiraron en la cría selectiva de animales (donde se suele trabajar para lograr pura razas) como analogía para la mejora de la sociedad humana. La mezcla de razas (o miscegenación) solía ser considerada como algo a evitar en nombre de la pureza racial. En aquella época este concepto parecía tener cierto respaldo científico, y siguió siendo un asunto beligerante hasta que el desarrollo avanzado de la genética llevó al consenso científico de que la división de especies humanas en razas desiguales es injustificable. Algunos ven esto como un consenso ideológico, dado que la igualdad, lo mismo que la desigualdad, es una elección cultural más que un asunto que pueda ser determinado objetivamente.
La eugenesia también se ha preocupado por la eliminación de enfermedades hereditarias tales como la hemofilia y la enfermedad de Huntington. Sin embargo, hay varios problemas en calificar ciertos factores como «defectos genéticos»:
• En muchos casos no hay consenso científico sobre lo que es un «defecto genético». A menudo se argumenta que es más un asunto de elección social o individual.
• Lo que parece ser un «defecto genético» en un contexto o entorno puede no serlo en otro. Este puede ser el caso de los genes con una ventaja heterocigota, como la anemia falciforme y la enfermedad de Tay-Sachs, que en su forma heterocigota pueden ofrecer una ventaja contra, respectivamente, la malaria y la tuberculosis.
• Muchas personas minusválidas o inválidas pueden tener éxito en la vida.
• Muchas de las enfermedades que los primeros eugenesistas identificaron como hereditarias (por ejemplo la pelagra) se consideran actualmente imputables completa o al menos parcialmente a las condiciones medioambientales.
Parecidas preocupaciones han surgido cuando el diagnóstico prenatal de una enfermedad congénita lleva al aborto (véase también diagnóstico genético preimplantacional).
Las políticas eugenésicas han sido clasificadas conceptualmente en dos categorías: eugenesia positiva, que fomenta la mayor reproducción de los designados «más aptos», y la eugenesia negativa, que desaconseja o impide la reproducción de los designados «menos aptos». La eugenesia negativa no necesita ser coactiva: un estado podría ofrecer recompensas económicas a ciertas personas que se sometan a la esterilización, si bien algunos críticos podrían responder que este incentivo, junto con la presión social, podría percibirse como coacción. La eugenesia positiva también puede ser coactiva: el aborto en mujeres «aptas» era ilegal en la Alemania nazi.
Durante el siglo XX, muchos países promulgaron políticas y programas eugenésicos, incluyendo:
• Promoción de tasas de natalidad diferenciales
• Esterilización obligatoria
• Abortos forzosos
• Restricción del matrimonio
• Exploración genética
• Control de natalidad
• Control de la inmigración
• Segregación (tanto racial como de los enfermos mentales)
• Genocidio
La mayoría de estas políticas fueron posteriormente consideradas coactivas, restrictivas o genocidas, y actualmente son pocas las jurisdicciones que incluyen políticas explícitamente clasificadas de eugenésicas o inequívocamente eugenésicas en esencia. Sin embargo, algunas organizaciones privadas ayudan a la gente con servicios de orientación genética, y la reprogenética puede ser considerada una forma de eugenesia «liberal» no patrocinada por el estado.

2. Historia

Teoría de Galton


La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde muy antiguo, al menos desde Platón, quien creía que la reproducción humana debía ser controlada por el gobierno. Platón registró estos puntos de vista en La República: «que los mejores cohabiten con las mejores tantas veces como sea posible y los peores con las peores al contrario». Platón proponía que el proceso se ocultase al público mediante una especie de lotería. Otros ejemplos antiguos incluyen la supuesta práctica de las polis de Esparta de abandonar a los bebés débiles fuera de los límites de la ciudad para que murieran. Sin embargo, dejaban a todos los bebés fuera durante un periodo de tiempo, considerándose más fuertes a los supervivientes, mientras muchos bebés supuestamente más débiles fallecían.
Durante los años 1860 y 1870, Sir Francis Galton sistematizó estas ideas y costumbres de acuerdo al nuevo conocimiento sobre la evolución del hombre y los animales provisto por la teoría de su primo Charles Darwin. Tras leer El origen de las especies de éste, Galton observó una interpretación de la obra de Darwin a través de la cual los mecanismos de la selección natural eran potencialmente frustrados por la civilización humana. Galton razonó que, dado que muchas sociedades humanas buscaban proteger a los desfavorecidos y los débiles, dichas sociedades estaban reñidas con la selección natural responsable de la extinción de los más débiles. Sólo cambiando estas políticas sociales, pensó Galton, podría la sociedad ser salvada de una «reversión hacia la mediocridad», un frase que acuñó primero en estadística y que más tarde cambio a la hoy frecuente «regresión hacia la media».
Galton esbozó por vez primera su teoría en el artículo de 1865 «Talento y personalidad hereditarios» (Hereditary Talent and Character), explicándola luego más detalladamente en su libro de 1869 El genio hereditario. Galton comenzó estudiando la forma en la que los ragos humanos intelectuales, morales y de personalidad tendían a presentarse en las familias. Su argumento básico era que el «genio» y el «talento» eran rasgos hereditarios en los humanos (aunque ni él ni Darwin tenían aún un modelo de trabajo para este tipo de herencia). Galton concluyó que, puesto que puede usarse la selección artificial para exagerar rasgos en otros animales, podían esperarse resultados similares al aplicar estas prácticas en humnanos. Como escribió en la introducción de El genio hereditario:
Me propongo mostrar en este libro que las habilidades naturales del hombre se derivan de la herencia, bajo exactamente las mismas limitaciones en que lo son las características físicas de todo el mundo orgánico. Consecuentemente, como es fácil a pesar de estas limitaciones lograr mediante la cuidadosa selección una raza permanente de perros o caballos dotada de especiales facultades para correr o hacer cualquier otra cosa, de la misma forma sería bastante factible producir una raza de hombre altamente dotada mediante matrimonios sensatos durante varias generaciones consecutivas. — Galton, El genio hereditario, 1
Según Galton, la sociedad ya fomentaba las enfermedades disgenéticas, afirmando que los menos inteligentes se reproducían más que los más inteligentes. Galton no propuso sistema de selección alguno, sino que esperaba que se hallaría una solución cambiando las buenas costumbres sociales de forma que animasen a la gente a ver la importancia de la reproducción.
Galton usó por primera vez la palabra eugenesia en su libro de 1883 Investigaciones sobre las facultades humanas y su desarrollo (Inquiries into Human Faculty and Its Development), en el que quiso «mencionar los diversos tópicos más o menos relacionados con el cultivo de la raza o, como podríamos llamarlo, con las cuestiones “eugenésicas”». Incluyó una nota a pie para la palabra que rezaba:
Esto es, con cuestiones relacionadas con lo que se denomina en griego eugenia, a saber, de buen linaje, dotado hereditariamente de cualidades nobles. Esta y las palabras relacionadas (eugénico, etcétera) son igualmente aplicables a hombres, bestias y plantas. Deseamos enormemente un palabra breve para aludir a la ciencia de la mejora del linaje, que en modo alguno se limita a las cuestiones de emparejamientos sensatos, sino que, especialmente en el caso del hombre, toma conciencia de todas las influencias que tienden a dar aunque sea en remoto grado a las razas o variedades más aptas una mejor oportunidad de prevalecer más rápidamente sobre los menos aptos de lo que de otra forma habría hecho. La palabra eugenesia expresaría suficientemente esta idea, siendo como mínimo una palabra más efectiva que viricultura, que una vez me aventuré a usar. — Francis Galton, Inquiries into human faculty and its development (Londres, Macmillan, 1883), pág. 17, nota 1
En 1904 Galton aclaró su definición de eugenesia como «la ciencia que trata sobre todas las influencias que mejoran las cualidades innatas de una raza, y también con aquellas que las desarrollan hasta la mayor ventaja.»
La formulación de Galton de la eugenesia estaba basada en un fuerte enfoque estadístico, fuertemente influenciado por la «física social» de Adolphe Quetelet. Sin embargo, a diferencia de éste Galton no exaltaba al «hombre medio» sino que lo despreciaba por mediocre. Galton y su heredero estadístico Karl Pearson desarrollaron lo que se llamó el enfoque biométrico de la eugenesia, que desarrolló nuevos y complejos modelos estadísticos (más tarde exportados a campos completamente diferentes) para describir la herencia de los rasgos. Sin embargo, con el redescubrimiento de las leyes de la herencia de Gregor Mendel, surgieron dos bandos separados de defensores de la eugenesia. Uno estaba formado por estadísticos y otro por biólogos. Los primeros creían que los segundos tenían modelos matemáticos excepcionalmente primitivos, mientras los biólogos creían que los estadísticos sabían poco sobre biología.
La eugenesia terminó aludiendo a la reproducción humana selectiva como intento de obtener niños con rasgos deseables, generalmente mediante el enfoque de influir sobre las tasas de natalidad diferenciales. Estas políticas se clasificaban en su mayoría en dos categorías: eugenesia positiva, la mayor reproducción de los que se consideraba que contaban con rasgos hereditarios ventajosos, y la eugenesia negativa, la disuasión de la reproducción de los que tenían rasgos hereditarios considerados malos. En el pasado, las políticas eugenésicas negativas han ido de intentos de segregación a esterilizaciones e incluso genocidio. Las políticas eugenésicas positivas han tomado típicamente la forma de premios o bonificaciones para los padres «aptos» que tenían otro hijo. Prácticas relativamente inocuas como la orientación matrimonial tenían vínculos primitivos con la ideología eugenésica.
La eugenesia era diferente de lo que más tarde se conocería como darwinismo social. Aunque ambos sostenían que la inteligencia era hereditaria, la eugenesia afirmaba que eran necesarias nuevas políticas para cambiar activamente el statu quo hacia un estado más «eugenésico», mientras los darwinistas argumentaban que la propia sociedad «advertiría» naturalmente el problema de la «disgenesia» si no se ponían en práctica políticas de bienestar social (por ejemplo, los pobres podrían reproducirse más pero tendrían tasas de mortalidad más elevada).

La eugenesia y el estado (1890-1945)

Uno de los primeros defensores modernos de las ideas eugenésicas (antes de que fueran clasificadas como tales) fue Alexander Graham Bell. En 1881 Bell investigó la tasa de sordera en Martha's Vineyard, Massachusetts. De esto concluyó que la sordera era de naturaleza hereditaria y recomendó la prohibición del matrimonio con sordos («Memoria sobre la formación de un tipo de sordera en la raza humana») incluso a pesar de que él mismo estaba casado con una sorda. Como muchos otros de los primitivos eugenesistas, propuso controlar la inmigración con fines eugenésicos y advirtió que los colegios internos para sordos podrían considerarse posiblemente como lugares de cría de una raza humana sorda.
Aunque la eugenesia es hoy relacionada a menudo con el racismo, no siempre fue así: tanto W.E.B. DuBois como Marcus Garvey apoyaron la eugenesia o ideas similares como forma de reducir el sufrimiento de los afroamericanos y mejorar su estatura. Muchos métodos legales de eugenesia incluyeron leyes estatales contra la miscegenación o la prohibición de los matrimonios interraciales. La Corte Suprema de los Estados Unidos derogó estas leyes estatales en 1967 y declaró inconstitucionales las leyes antimiscegenación.
La Alemania nazi de Adolf Hitler fue famosa por los programas eugenésicos que intentaban mantener una raza alemana «pura» mediante una serie de medidas recogidas bajo la llamada «higiene racial». Entre otras actividades, los nazis realizaron extensivos experimentos en seres humanos vivos para comprobar sus teorías genéticas, yendo desde la simple medida de las características físicas a los horrendos experimentos efectuados por Josef Mengele y Otmar von Verschuer con gemelos en los campos de concentración. Durante los años 1930 y 1940, el régimen nazi esterilizó forzosamente a cientos de miles de personas a los que consideraba mental y físicamente «no aptos» (se estima que unas 400.000 entre 1934 y 1937). La escala del programa nazi provocó que los defensores estadounidenses de la eugenesia buscasen una ampliación del suyo, con alguna queja sobre que «los alemanes nos están ganando en nuestro propio juego». Los nazis fueron incluso más allá, matando decenas de miles de inválidos oficiales mediante programas obligatorios de «eutanasia».
También implantaron varias políticas eugenésicas positivas, otorgando premios a las mujeres arias que tenían un gran número de hijos y promoviendo un servicio en el que mujeres solteras «racialmente puras» eran fecundadas por oficiales de las SS (Lebensborn). Muchas de sus preocupaciones sobre la eugenesia y la higiene racial estuvieron también presentes en su exterminio sistemático de millones de personas «indeseables», incluyendo judíos, gitanos, testigos de Jehová y homosexuales durante el Holocausto (buena parte del equipo y los métodos de exterminio usados en los campos fueron desarrollados inicialmente en un programa de eutanasia). El alcance y la coacción de los programas eugenésicos alemanes, junto con el fuerte uso de la retórica eugenésica y la llamada «ciencia racial» durante todo el régimen, crearon una indeleble asociación cultural entre la eugenesia y el Tercer Reich en los años de posguerra.
El segundo mayor movimiento eugenésico se dio en los Estados Unidos. Comenzando con Connecticut en 1896, muchos estados aprobaron leyes sobre el matrimonio con criterios eugenésicos, prohibiendo casarse a cualquiera que fuese «epiléptico, imbécil o débil mental». En 1898 Charles B. Davenport, un prominente biólogo estadounidense, comenzó como director de una estación de investigación biológica situada en Cold Spring Harbor unos experimentos sobre la evolución de plantas y animales. En 1904, Davenport recibió fondos del Instituto Carnegie para fundar la Estación de Evolución Experimental. La Eugenics Record Office (’Oficina de Registro de Eugenesia’) abrió en 1910 mientras Davenport y Harry H. Laughlin empezaban a promocionar la eugenesia.
Durante el siglo XX, los investigadores se vieron intrigados por la idea de que las enfermedades mentales podían transmitirse dentro de las familias y llevaron a cabo varios estudios para documentar la heredabilidad de enfermedades tales como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión. Desafortunadamente estos intereses terminaron asociados con el movimiento eugenesista. A finales del siglo XIX y principios del XX se promulgaron leyes estatales para prohibir el matrimonio y forzar la esterilización de los enfermos mentales con el fin de evitar la «transmisión» de las enfermedades mentales a la siguiente generación. Estas leyes fueron ratificadas por la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1927 y no fueron abolidas hasta mediados de siglo. Para 1945 unos 45.000 enfermos mentales habían sido esterilizados forzosamente.
En los años siguientes, la Eugenics Record Office reunió una enorme colección de árboles genealógicos y concluyó que quienes eran no aptos procedían de entornos económica y socialmente pobres. Eugenesistas tales como Davenport, el psicólogo Henry H. Goddard y el conservacionista Madison Grant (todos muy respetados en su época) empezaron a presionar para lograr diversas soluciones políticas al problemas de los «no aptos». (Davenport abogaba por la restricción de la inmigración y la esterilización como métodos principales, Goddard recomendaba la segregación en su libro La familia Kallikak, y Grant era partidario de todo lo anterior y más, abrigando incluso la idea del exterminio.) Aunque su metodología y métodos de investigación se consideran actualmente muy defectuosos, en la época se consideró una investigación científica legítima. Tuvo sin embargo detractores científicos (notablemente Thomas Hunt Morgan, uno de los pocos mendelistas en criticar explícitamente la eugenesia), si bien la mayoría de ellos se centraron más en la primitiva metodología de los eugenesistas y en la consideración de casi cualquier característica humana como hereditaria, que en la idea de la eugenesia en sí.
La idea del «genio» y el «talento» fue también considerada por William Graham Sumner, un fundador de la American Sociological Society (actual American Sociological Association), quien mantenía que si el gobierno no interfería en la política social de laissez faire, surgiría una clase de genios en la cima del sistema de estratificación social, seguida de una clase de talentos. La mayor parte del resto de la sociedad caería en la clase de los mediocres. Aquellos que eran considerados anormales (retrasados mentales, minusválidos, etcétera) tenían un efecto negativo sobre el proceso social al consumir recursos necesarios. Deberían ser dejados solos para que se valiesen por sí mismo. Pero los de la clase de delincuentes (criminales, pervertidos, etcétera) deberían ser eliminados de la sociedad.
Con la aprobación de la ley de inmigración Johnson-Reed, los eugenesistas jugaron por vez primera un papel protagonista en el debate del Congreso como expertos asesores sobre la amenaza de «linajes inferiores» procedentes del este y el sur de Europa. Esto redujo el número de inmigrantes del extranjero al 15% de años anteriores, al controlar el número de individuos «no aptos» que entraban al país. La nueva ley reforzó las anteriores que prohibían la mezcla racial en un intento por conservar el acervo genético. Las consideraciones eugenésicas también estuvieron tras la aprobación de leyes sobre el incesto en buena parte de los Estados Unidos y fueron usadas para justificar muchas leyes antimiscegenación.
Algunos estados esterilizaron a los «imbéciles» durante buena parte del siglo XX. La Corte Suprema de los Estados Unidos sentenció en el caso Buck contra Bell de 1927 que el estado de Virginia podía esterilizar a los considerados no aptos. La época más importante de esterilización eugenésica fue entre 1927 y 1963, cuando unas 64.000 personas fueron esterilizadas forzosamente bajo las leyes eugenésicas de los Estados Unidos. Un informe favorable sobre los resultados de la esterilización en California, con mucho el estado que más esterilizaciones realizó, fue publicado con formato de libro por el biólogo Paul Popenoe y sería ampliamente citado por el gobierno nazi como evidencia de que los programas masivos de esterilizaciones eran factibles y humanos. Cuando los dirigentes nazis fueron juzgados por crímenes de guerra en Núremberg tras la Segunda Guerra Mundial, justificaron las esterilizaciones masivas (unas 450.000 en menos de una década) citando a los Estados Unidos como sus inspiradores.

Otros países

Muchos países occidentales adoptaron algunas leyes eugenésicas. En julio de 1933 Alemania aprobó una ley que permitía la esterilización involuntaria de «borrachos, criminales sexuales y lunáticos hereditarios e incurables, y de aquellos que padezcan una enfermedad incurable que pudiera transmitirse a su descendencia». Canadá llevó a cabo miles de esterilizaciones forzosas hasta los años 1970. Muchos First Nations (nativos canadienses), así como inmigrantes del este de Europa, fueron objeto de este programa que identificaba como genéticamente inferiores a las minorías raciales y étnicas. Suecia esterilizó por la fuerza a 62.000 personas, principalmente enfermos mentales en las últimas décadas, pero también minorías étnicas y raciales al principio, como parte de un programa eugenésico que duró 40 años. Como fue el caso de otros programas, se creía que la etnia y la raza tenían relación con la salud mental y física. Aunque el programa no era del agrado de muchos suecos, los políticos normalmente lo apoyaban, más como un medio de mejorar la salud social que como la medida de proteccionismo racial que en realidad era. (El gobierno sueco ha indemnizado posteriormente a los afectados.) Aparte de los programas a gran escala de los Estados Unidos, otros países como Australia, el Reino Unido, Noruega, Francia, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Islandia y Suiza llevaron a cabo programas de esterilización de personas declaradas deficientes mentales por el estado. Singapur practicó una forma limitada de eugenesia positiva que incluía la promoción del matrimonio entre graduados universitarios con la esperanza de que engendrarían mejores hijos.[20]
Varios autores, notablemente Stephen Jay Gould, han afirmado repetidamente que las restricciones sobre la inmigración aprobadas en los Estados Unidos durante los años 1920 (y derogadas en 1965) estuvieron motivadas por las metas de la eugenesia, en particular por el deseo de excluir a las razas consideradas inferiores del acervo genético nacional. Durante el comienzo del siglo XX, los Estados Unidos y Canadá empezaron a recibir un número muy superior de inmigrantes del sur y el este de Europa. Eugenecistas influyentes como Lothrop Stoddard y Harry Laughlin (quien fue designado como testigo experto por el Comité del Congreso para Inmigración y Naturalización en 1920) presentaban el argumento de que estas eran razas inferiores que contaminarían el acervo genético nacional si su número no se restringía. Se ha argumentado que esto movió a Canadá y los Estados Unidos a aprobar leyes que creaban una jerarquía de nacionalidades, clasificándolas desde los más deseables anglosajones y nórdicos hasta los inmigrantes chinos y japoneses, que a quienes casi se prohibió completamente entrar al país.[21] Sin embargo, varias personas, incluyendo a Franz Samelson, Mark Snyderman y Richard Herrnstein, han argumentado que, basándose en el examen de los registros de los debates del Congreso sobre política de inmigración, no se dio virtualmente consideración alguna a estos factores. Según estos autores, las restricciones fueron primordialmente motivadas por el deseo de mantener la integridad cultural del país frente al fuerte influjo de los extranjeros. Esta interpretación, sin embargo, no es aceptada por la mayoría de los historiadores de la eugenesia.
Algunos de los que no están de acuerdo con la idea de la eugenesia en general sostienen que a pesar de ello la legislación eugenésica tuvo beneficios. Margaret Sanger (fundadora de Planned Parenthood of America) halló que era una herramienta útil para impulsar la legalización de los métodos anticonceptivos. En su tiempo la eugenesia era vista por muchos como científica y progresista, como aplicación natural del conocimiento sobre reproducción al campo de la vida humana. Antes de los campos de exterminio de la Segunda Guerra Mundial, la idea de que la eugenesia pudiera llevar al genocidio no era considerada seriamente.

Estigmatización de la eugenesia en los años siguientes al nazismo

En las décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial, la eugnesia se hizo cada vez más impopular para la ciencia académica. Muchas organizaciones y publicaciones que tuvieron su origen en el movimiento eugenésico empezaron a distanciarse de dicha filosofía, como cuando Eugenics Quarterly se convirtió en Social Biology en 1969.
Tras la experiencia de la Alemania nazi, políticos y miembros de la comunidad científica renegaron públicamente de muchas de las ideas sobre la «higiene racial» y los miembros «no aptos» de la sociedad. Los Juicios de Nuremberg contra antiguos dirigentes nazis revelaron al mundo muchas de las prácticas genocidas del régimen y llevaron a la formalización de políticas de ética médica y la declaración sobre las razas de la UNESCO en 1950. Muchas sociedades científicas publicaron sus propias «declaraciones raciales» parecidas con los años, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, desarrollada en respuesta a los abusos cometidos en la Segunda Guerra Mundial, fue adoptada por la ONU, afirma en su Artículo 16 que «Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia»[23]. A continuación, la declaración de la UNESCO en 1978 sobre la raza y los prejuicios raciales declara que la igualdad fundamental de todos los seres humanos es el ideal hacia el que deberían converger la ética y la ciencia.
Como reacción a los abusos nazis, la eugenesia pasó a ser casi universalmente vilipendiada en muchas de las naciones en las que había sido una vez popular (sin embargo, los programas eugenésicos, inluyendo la esterilización, continuaron discretamente durante décadas). Muchos eugenesistas dedicados antes de la guerra a lo que más tarde sería calificado como «criptoeugenesia» enterraron decididamente sus creencias eugenésicas y se convirtieron en respetados antropólogos, biólogos y genetistas en la posguerra (incluyendo a Robert Yerkes en los Estados Unidos y Otmar von Verschuer en Alemania). El eugenesista californiano Paul Popenoe fundó la orientación familiar durante los años 1950, un cambio de profesión que surgió de sus intereses eugenésicos por promover los «matrimonios saludables» entre personas «aptas».
Los libros de texto de educación secundaria y universitaria solían tener entre 1920 y 1940 capítulos sobre el progreso científico que supondría la aplicación de principios eugenésicos sobre la población. Muchas publicaciones científicas antiguas dedicadas a la genética eran editadas por eugenesistas e incluían artículos eugenésicos junto con estudios sobre la herencia en organismos no humanos. Después de que la eugenesia cayese en desgracia ante la comunidad científica, la mayor parte de las referencias a la eugenesia fueron eliminadas de los libros de texto y de las subsecuentes ediciones de las publicaciones importantes. Incluso cambiaron los nombres de algunas publicaciones para reflejar las nuevas actitudes. Por ejemplo, Eugenics Quarterly se convirtió en 1969 en Social Biology (la revista sigue existiendo, pero se parece poco a su predecesora). Entre los miembros notables de la American Eugenics Society (1922–94) durante la segunda mitad del siglo XX se incluyen Joseph Fletcher, creador de la ética situacional; el Dr. Clarence Gamble de la farmacéutica Procter & Gamble y Garrett Hardin, un defensor del control de natalidad y autor de La tragedia de los comunes.
A pesar del cambio de actitud de la posguerra sobre la eugenesia en los Estados Unidos y Europa, unos pocos países, notablemente Canadá y Suecia, mantuvieron programas eugenésicos a gran escala, incluyendo la esterilización forzosa de inviduos con taras mentales, así como otras prácticas, hasta los años 1970. En los Estados Unidos, las esterilizaciones se abolieron en los años 1960, a pesar de que el movimiento eugenésico había perdido la mayor parte de su popularidad y apoyo político a finales de los años 1930.

Eugenesia moderna e ingeniería genética

Desde comienzos de los años 1980, cuando el conocimiento sobre la genética avanzó significativamente, la historia y conceptos eugenésicos han sido ampliamente discutidos. Esfuerzos como el Proyecto Genoma Humano han logrado que la modificación efectiva de la especie humana vuelva a parecer posible (como hizo la teoría original de la evolución de Darwin en los años 1860, junto con el redescubrimiento de las leyes de Mendel a principios del siglo XX). La diferencia a principios del siglo XXI fue la actitud cautelosa hacia la eugenesia, que se había convertido en una consigna a temer más que abrazar.
Sólo unos pocos investigadores científicos (como el controvertido psicólogo Richard Lynn) han pedido abiertamente la adopción de políticas eugenésicas usando tecnología moderna, pero representan una opinión minoritaria en los actuales círculos científicos y culturales. Un intento de implantación de una forma de eugenesia fue un «banco de esperma de genios» (1980-99) creado por Robert Klark Graham, del que fueron concebidos cerca de 230 niños (el donante más conocido fue el ganador del premio Nobel William Shockley). Sin embargo, en Estados Unidos y Europa estos intentos han sido frecuentemente criticados por tener el mismo espíritu racista y clasista que las iniciativas eugenésicas de los años 1930. En cualquier caso, los resultados han sido desiguales en el mejor de los casos.
Debido a su relación con la esterilización forzosa y los ideales raciales del Partido Nazi, la palabra «eugenesia» rara vez es usada por los defensores de tales programas.
Sólo unos pocos gobiernos tienen actualmente algo parecido a un programa eugenésico en el mundo. En 1994 China aprobó la Ley de Asistencia Sanitaria Maternal e Infantil, que incluía una exploración premarital obligatoria para «enfermedades genéticas de naturaleza grave» y «enfermedades mentales relevantes». A quienes diagnosticaban tales enfermedades se les obligaba a no casarse, a aceptar «medidas anticonceptivas a largo plazo» o a someterse a la esterilización.
Una política parecida de exploraciones (incluyendo la exploración prenatal y el aborto) destinada a reducir la incidencia de la talasemia existe en las dos partes de la isla de Chipre. Desde la implantación del programa en los años 1970, se ha reducido el porcentaje de niños nacidos con esta enfermedad sanguínea hereditaria de 1 de cada 158 a prácticamente cero. Dor Yeshorim, un programa que busca reducir la incidencia de la enfermedad de Tay-Sachs en ciertas comunidades judías, es otro programa de diagnóstico que ha atraído comparaciones con la eugenesia. En Israel, a costa del estado, se anima a la población en general a realizar pruebas genéticas para diagnosticar enfermedades antes del nacimiento de un bebé. Si se diagnostica la enfermedad de Tay-Sachs a un feto puede optarse por la interrupción del embarazo de forma voluntaria. La mayoría de las demás comunidades judías askenazíes también efectúan programas de diagnóstico debido a las altas tasas de incidencia de ciertas enfermedades hereditarias. En algunas comunidades judías, la antigua costumbre de la tercería (shidduch) se sigue practicando, y en un intento por evitar la tragedia de la muerte infantil que siempre resulta de ser homocigótico para la Tay-Sachs, asociaciones como la fuertemente religiosa Dor Yeshorim (que fue fundada por un rabí que perdió cuatro hijos por esta enfermedad para evitar que otros sufrieran la misma tragedia) realizan pruebas a las parejas jóvenes para comprobar si tienen riesgo de transmitir esta enfermedad o alguna otra mortal. Si ambos resultan ser portadores de Tay-Sachs, es frecuente que el compromiso se rompa. El Judaísmo, como muchas otras religiones, desaconseja el aborto salvo que haya riesgo para la madre, en cuyo caso la salud de ésta tiene preferencia. Debe también advertirse que, dado que todos los niños con la enfermedad morirán en su infancia, estos programas intentan evitar tales tragedias más que directamente erradicar el gen, lo que es una coincidencia secundaria.
En la literatura bioética moderna, la historia de la eugenesia presenta muchas cuestiones morales y éticas. Los comentaristas han sugerido que la «nueva eugenesia» surgirá de tecnologías reproductivas que permitirán a los padres crear los llamados «bebés de diseño» (lo que el biólogo Lee M. Silver denominó prominentemente «reprogenética»). Se ha argumentado que este tipo «no coactivo» de «mejora» biológica estará predominantemente motivada por la competitividad individual y el deseo de lograr «las mejores oportunidades» para los hijos más que por el impulso de mejorar la especie completa que caracterizó las formas de eugenesia de principios del siglo XX. Debido a esta naturaleza no coactiva, la falta de implicación del estado y las diferencias en las metas, algunos comentaristas han cuestionado que estas actividades sean eugenésicas o algo más en conjunto.
Algunos activistas prominusválidos argumentan que aunque sus discapacidades pueden provocarles dolor y malestar, lo que realmente les incapacita como miembros de la sociedad es un sistema sociocultural que no reconoce su derecho a un trato genuinamente igualitario. También se muestran escépticos sobre que alguna forma de eugenesia pudiera beneficiar a los discapacitados si se tiene en cuenta el trato que le dispensaron las campañas eugenésicas históricas.
James D. Watson, el primer director del Proyecto Genoma Humano, inició el Programa de Implicaciones Éticas, Legales y Sociales (Ethical, Legal and Social Implications Program), que ha financiado varios estudios sobre las implicaciones de la ingeniería genética humana (junto con un importante sitio web sobre la historia de la eugenesia), porque:
Al situar la ética tan pronto en la agenda del genoma, esta dando respuesta a mi propio temor personal de que demasiado pronto los críticos del Proyecto Genoma Humano señalarían que era un representante del Cold Spring Harbor Laboratory que una vez albergó a la controvertida Eugenics Record Office. Mi no formación de un programa ético sobre el genoma podría rápidamente ser usada como falsa evidencia de que era un eugenesista secreto, teniendo como propósito real a largo plazo la identificación inequívoca de los genes que llevan a la estratificación social y ocupaciones así como de los que justifican la discriminación racial. — James D. Watson, A passion for DNA: Genes, genomes, and society (Cold Spring Harbor, Nueva York: Cold Spring Harbor Laboratory Press, 2000): 202.
Distinguidos genetistas incluyendo a los ganadores del premio Nobel John Sulston («No creo que uno deba traer al mundo a un niño claramente minusválido») y Watson («Una vez que tienes una forma para mejorar a nuestro hijos, nadie puede detenerla» apoyan el diagnóstico genético. Qué ideas deberían ser descritas como «eugenésicas» sigue siendo un asunto polémico en círculos de investigadores y de opinión pública. Algunos observadores como Philip Kitcher han descrito el uso del diagnóstico genético por parte de los padres como la habilitación de una forma de eugenesia «voluntaria».
Algunas subculturas modernas defienden diferentes formas de eugenesia apoyada por clonación humana e ingeniería genética humana, algunas veces como parte de un nuevo culto (véase el movimiento raeliano, cosmoteísmo o prometeísmo). Estos grupos hablan también de «neo-eugenesia», «evolución consciente» o «libertad genética».
Los rasgos conductuales identificados también como potenciales objetivos de modificación mediante ingeniería genética humana incluyen la inteligencia, la depresión, la esquizofrenia, el alcoholismo, el comportamiento (u orientación) sexual y la delincuencia.
Más recientemente, en el Reino Unido podría decirse que el caso La Corona contra James Edward Whittaker-Williams sentó un precedente al prohibir el contacto sexual entre personas con «problemas de aprendizaje». El acusado, un hombre con problemas de aprendizaje, fue encarcelado por besar y abrazar a una mujer de la misma condición. Este fallo se basó en la Ley de Delitos Sexuales de 2003, que redefine los besos y abrazos como sexuales y afirma que las personas con problemas de aprendizaje son incapaces de dar su consentimiento independientemente de que el acto implique coacción o no. Los opositores a esta ley la han atacado por traer de vuelta la eugenesia por la puerta de atrás bajo el disfraz de la exigencia de «consentimiento».

Críticas

Enfermedades frente a rasgos

Mientras la ciencia de la genética ha provisto cada vez más medios para poder identificar y entender ciertas características y enfermedades, dada la complejidad de la genética humana, la cultura y la psicología, no hay en este momento medio alguno para determinar qué rasgos serían definitivamente deseables o indeseables. Las manipulaciones eugenésicas destinadas a reducir la propensión hacia la criminalidad y la violencia, por ejemplo, podrían resultar en que la población terminase siendo esclavizada por un agresor externo si pierde la capacidad de defenderse a sí misma. Por otra parte, las enfermedades genéticas como la hemocromatosis puede incrementar la vulnerabilidad ante algunas dolencias, provocar deformidades físicas y otras disfunciones. Las medidas eugenésicas contra muchas de estas enfermedades ya están siendo emprendidas en países de todo el mundo, mientras las medidas contra rasgos que afectan más sutilmente y se entienden peor, como la criminalidad, están relegadas al ámbito de la especulación y la ciencia ficción. Los efectos de las enfermedades son en esencia totalmente negativos y las sociedades de todas partes buscan reducir su incidencia por varios medios, algunos de los cuales son eugenésicos en todo salvo el nombre. Los otros rasgos que se discuten tienen efectos tanto positivos como negativos y generalmente no se controlan en la actualidad en ningún lugar. Además, los últimos estudios indican que la personalidad poco tiene que ver con los genes.

Pendiente resbaladiza

Una crítica comúnmente avanzada a la eugenesia es que, como queda demostrado por su historia, inevitablemente lleva a medidas que resultan poco éticas (Lynn 2001). H. L. Kaye escribió que «la verdad obvia es que eugenesia ha sido desacreditada por los crímenes de Hitler» (Kaye 1989). R. L. Hayman argumentó que «el movimiento eugenésico es anacrónico, siendo reveladas sus implicaciones políticas por el Holocausto» (Hayman 1990).
Steven Pinker ha afirmado que es «una opinión ortodoxa entre los académicos de izquierda que los genes implican genocidio.» Ha respondido a esta «opinión ortodoxa» comparando la historia del marxismo, que tenía la posición opuesta a la del nazismo sobre los genes:
Pero el siglo XX sufrió dos ideologías que llevaron a genocidios. La otra, el marxismo, no tenía uso para la raza, no creía en los genes y negaba que la naturaleza humana fuese un concepto significativo. Claramente, no es un énfasis en los genes o la evolución lo que es peligroso. Lo es el deseo de rehacer la humanidad mediante métodos coactivos (eugenesia o ingeniería social) y la creencia de que la humanidad avanza gracias a una lucha en la que los grupos superiores (raza o clases) triunfan sobre los inferiores — Steve Sailer
Richard Lynn argumenta que cualquier filosofía social es susceptible de uso ético incorrecto. Aunque los principios cristianos han ayudado a la abolición de la esclavitud y la institución de programas de bienestar social, Lynn advierte que la iglesia cristiana también ha quemado a muchos disidentes y ha hecho la guerra contra los infieles, asesinando los cruzados cristianos a gran número de mujeres y niños. También argumenta que la respuesta apropiada es condenar estas muertes, pero creer que el cristianismo «inevitablemente lleva a la exterminación de aquellos que no aceptan su doctrina» carece de justificación (Lynn 2001).

Diversidad genética

Las políticas eugenésicas también llevan a perder diversidad genética, en cuyo caso una mejora culturalmente aceptada del acervo genético puede, si bien no necesariamente, terminar en un desastre biológico debido a una mayor vulnerabilidad a las enfermedades, menor capacidad de adaptación a los cambios ambientales y otros factores tanto conocidos como desconocidos. Este tipo de argumento procedente del principio de precaución es a su vez ampliamente criticado. Un plan eugenésico a largo plazo es probable que lleve a su escenario parecido debido a que la eliminación de rasgos considerados indeseables reduciría la diversidad genética por definición.
Por el contrario, algunos estudios parecen mostrar que las tendencias disgenésicas llevan a una menor diversidad genética, una tendencia que en teoría podría ser contrarrestada con un programa eugenésico.
La posible eliminación del genotipo del autismo es un asunto político importante para el movimiento por los derechos de los autistas, que sostiene que el autismo es una forma de neurodiversidad. Muchos defensores de los derechos de los afectados por el síndrome de Down (trisomía del par 21) consideran esta enfermedad un tipo de neurodiversidad, a pesar de que los hombres afectados suelen ser estériles.

Rasgos recesivos heterocigóticos

En algunos casos los esfuerzos por erradicar ciertas mutaciones de un único gen resultarían baldíos. En el caso de que la enfermedad en cuestión fuese un rasgo recesivo heterocigótico, el problema es que tras la eliminación del rasgo visible no deseado, quedarían aún tantos genes para la enfermedad en el genoma como los que fueron eliminados en virtud del principio de Hardy-Weinberg, que afirma que los genes de una población se definen como pp+2pq+qq en el punto de equilibrio. Mediante el diagnóstico genético sería posible detectar todos los rasgos recesivos heterocigóticos, pero supondría un coste enorme con la tecnología actual. Bajo circunstancias normales sólo es posible eliminar un alelo dominante del genoma. Los rasgos recesivos pueden ser reducidos drásticamente, pero nunca eliminados a menos que se conozca la composición genética completa de todos los miembros de la población, como se ha mencionado antes. Dado que sólo unos pocos rasgos indeseados, como la enfermedad de Huntington, son dominantes, el valor práctico de «eliminar» rasgos es bastante bajo.

Contraargumentos

Disgenesia

Los defensores de la eugenesia a menudo se preocupan por el declive disgenésico de la inteligencia, que creen que llevará al colapso de la actual civilización y que también ha sido la causa del colapso de anteriores civilizaciones. Este declive haría que la eugenesia fuese un mal necesario, ya que el posible sufrimiento humano provocado por ella palidecería en comparación con dicha catástrofe.

Beneficios
Pequeñas diferencias en el CI medio de todo el grupo podrían teóricamente tener grandes efectos sobre los resultados sociales. Herrnstein y Murray alteraron el CI medio (100) de la muestra del National Longitudinal Survey of Youth estadounidense borrando aleatoriamente a individuos con un CI inferior a 103 hasta que la media poblacional subió a 103. Este cálculo fue realizado dos veces y promediado para evitar errores de la selección aleatoria. El nuevo grupo con un CI medio de 103 resultó tener una tasa de pobreza un 25% menos que un grupo con un CI medio de 100. También se midieron correlaciones sustanciales parecidas en las tasas de fracaso escolar, criminalidad y otros indicadores.
Se sigue discutiendo sobre si un incremento global de la inteligencia realmente incrementa la salud nacional, pues el CI está parcialmente correlacionado con el estatus socioeconómico, que no cambiaría en absoluto.
De todas maneras, los últimos estudios indican una alta plasticidad del cerebro y por ende la variabilidad voluntaria del coeficiente intelectual.

La eugenesia en la cultura popular

La eugenesia es un tema recurrente en la ciencia ficción (a menudo distópica). La novela Un mundo feliz de Aldous Huxley explora el tema en profundidad, al igual que la más reciente (y científicamente actualizada) película Gattaca, cuya trama gira en torno al diagnóstico genético. Boris Vian (bajo el pseudónimo Vernon Sullivan) adoptó un enfoque más alegre en su novela Que se mueran los feos.
Algunas de las novelas que tocan este tema son La puerta al país de las mujeres de Sheri S. Tepper y Esa horrible fortaleza de C. S. Lewis. Las Guerras Eugenésicas son una parte importante de la historia de fondo del universo de Star Trek (episodios Semilla espacial, Tierra fronteriza, Estación Fría 12, Los amplificados y la película La ira de Khan). La eugenesia es también una parte importante de la trama de la película de James Bond Moonraker (el personaje del villano Sir Hugo Drax fue basado en Adolf Hitler).
En la serie de novelas Dune de Frank Herbert los programas de reproducción selectiva constituyen un tema importante. Al comienzo de la serie, la orden religiosa Bene Gesserit manipula los patrones reproductivos durante muchas generaciones para crear al Kwisatz Haderach. En Dios Emperador de Dune, el emperador Leto II vuelve a manipular la reproducción humana para lograr sus propios fines. Los Bene Tleilax también emplearon la ingeniería genética para crear seres humanos con atributos genéticos concretos.
Tiende a haber una contracorriente eugenésica en el concepto de ciencia ficción del supersoldado. Varias representaciones de estos supersoldados suelen mostrarlos criados para el combate o seleccionados genéticamente para que tengan rasgos beneficiosos para el combate.
En las novelas Los hijos de Matusalén y Tiempo para amar de Robert A. Heinlein, se crea un gran fondo de inversiones para dar incentivos financieros a los matrimonios (las Familias Howard) entre personas cuyos padres y abuelos han sido longevos. El resultado es un subconjunto de la población de la Tierra que tiene una esperanza de vida significativamente mayor que la media. Los miembros de este grupo aparecen en muchas de las otras obras de este autor.
En el libro de Eoin Colfer The Supernaturalist, Ditto es un bebé Bartoli, nombre de un experimento fallido del famoso Dr. Bartoli, quien intentó crear una raza superior de humanos, pero terminó en desarrollo atrofiado, con mutaciones, incluyendo percepción extrasensorial e imposición de manos.
En la serie televisiva de ciencia ficción de Gene Roddenberry Andrómeda, toda la raza nietzscheana está fundada sobre los principios de la reproducción selectiva.
En la serie del Mundo Anillo, de Larry Niven, el personaje Teela Brown es un resultado de varias generaciones de ganadores de la «lotería de la procreación», un sistema que intenta animar a las personas ganadoras a procrear.
En la 2ª temporada de Dark Angel, el principal villano Ames White es miembro de una secta conocida como el «Cónclave», que ha infiltrado en varios niveles de la sociedad a una raza de superhumanos. Esta secta intenta exterminar a todos los transgénicos, incluyendo al protagonista Max Guevara, a quien ven como un ser genéticamente impuro por tener algún ADN animal mezclado con el ADN humano.

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