10. La estrategia actual de dominación mundial

1. ANTECEDENTES LEGALES Y JURISPRUDENCIALES ESTADOUNIDENSES.

En 1924, los Estados Unidos sancionaron, bajo la presidencia de Calvin Coolidge, la Inmigration Restriction Act, que considera racialmente inferiores a los polacos, negros, griegos, irlandeses, orientales, y a otros europeos del Sur y del Este. Y como racialmente superiores a los ingleses, alemanes, escoceses, daneses, suecos y a los franceses no católicos. Tal como su nombre lo indica, dicha ley se encaminó a preservar la mayoría de la población W.A.S.P. (White, Anglo-Saxon, Protestant) de los embates de la inmigración “no deseada”.
Paralelamente, el célebre Juez de la Corte Suprema Federal del mismo país, Oliver Wendell Holmes, en su voto al sentenciar el caso “ Buck vs. Bell” ( 274 US, 200-207, 1927) autorizando la esterilización eugenésica forzada de mujeres negras pobres, decía “...es importante para la salud del país tener ciudadanos sanos. Para fortalecer el Estado es necesario hacer estos pequeños sacrificios (...) No veo razón para atribuirle al hombre un significado distinto al de un babuino o un grano de arena...”

2. ANTECEDENTES NACIONAL-SOCIALISTAS.

Inspirado en la doctrina estadounidense reseñada y en el pensamiento de Alfred Rosemberg, principal referente del mito racial sostenido por el nacional-socialismo y Ministro para los Territorios Ocupados del Este, el Dr. Wetzel desarrolló recomendaciones para aplicar en los territorios conquistados a la U.R.S.S. a partir de 1941. “Se debe inculcar en la población rusa por todos los medios de la propaganda, en particular la prensa, la radio, el cine, los volantes, folletos y conferencias, que un gran número de hijos no representa sino una carga pesada. Hay que insistir en los gastos que ocasionan los hijos, en las buenas cosas que podrían tenerse con el dinero que se gasta en ellos. Se podría asimismo aludir a los peligros que para la salud de la mujer representan los partos(...)Al mismo tiempo, se debe establecer una propaganda amplia y poderosa a favor de los productos anticonceptivos. Se debe crear una industria apropiada con este objeto. La ley no castigará ni la difusión, ni la venta de los productos anticonceptivos, ni tampoco el aborto. Habrá que facilitar la creación de instituciones especiales para el aborto, entrenar al respecto a parteras o enfermeras. La población acudirá con más frecuencia a los servicios de abortos si éstos se hacen con cuidado. Los médicos deben participar sin que esto atente contra su honor. La propaganda debe recomendar igualmente la esterilización voluntaria”

3. ESTRATEGIA ACTUAL DE DOMINACIÓN GLOBAL.

3.1. En la inmediata posguerra (1945) el médico eugenesista norteamericano Guy Irving Burch, fundador de Population Reference Bureau publicó su trabajo “ Rutas de Población para la Paz o la Guerra” que presentó como guía para las negociaciones de paz de ese entonces. En el aconseja la esterilización obligatoria de todas las personas “biológicas o socialmente inadecuadas”, recomendando a los diplomáticos adoptar esas leyes para todas las naciones sin insistir sobre las mismas en los países derrotados, advirtiendo que, si no se promulgaban universalmente, la nueva paz sería tan transitoria como la obtenida en Tratado de Versalles, firmado al concluir la I Guerra Mundial (1918).

3.2. El pensamiento anti-natalista tuvo otra gran expresión en 1968, cuando por iniciativa del economista e industrial italiano Aurelio Peccei, apoyado por el escocés Dr. Alexander King, fundaron en la capital italiana el Club de Roma, surgido de la reunión que mantuvieron unas sesenta personalidades de relieve internacional que representaban a la industria, la ciencia, la economía, la sociología y los gobiernos, para discutir libremente y sin formalidades sobre la situación presente (de ese entonces) y futura de la humanidad.
Como primera medida el Club encomendó a un grupo de científicos del Instituto de Tecnología de Massachussets (M.I..T.) bajo la dirección del Profesor Meadows, que estudiara la evolución probable de la situación del mundo, “prestando especial atención a los problemas que plantea una estrategia de transición entre el actual crecimiento en escala mundial y el equilibrio dinámico del globo”.
Sobre bases matemáticas y haciendo intervenir en los cálculos de proyecciones una serie de variables que influyen en el crecimiento, el grupo científico produjo su primer estudio que se publicó en 1972 bajo el ya mundialmente famoso título de “Los límites del Crecimiento” (The limits to grouth, Fondo de Cultura Económica, México, 1973).
Los fenómenos elegidos por los científicos del M.I.T (Meadows, Donella; Meadows Dennis, Randers, J; Behrens W.W.) fueron los siguientes: 1) Población en continuo aumento; 2) Posibilidad de abastecer dicha población con la producción agrícola e industrial; 3) Contaminación producida por las actividades anteriores; 4) Consumo de recursos naturales exigido por el crecimiento.
Las conclusiones de dicho Estudio, según la propia expresión del Dr. Peccei expresan: “Si las tendencias actuales continúan, el crecimiento en progresión geométrica de la producción, del consumo, de la contaminación y del agotamiento de las materias primas en el mundo, nos conducirá a una situación totalmente insostenible, caracterizada por la saturación humana del planeta, el empobrecimiento del medio, los altos índices de contaminación (toxicidad) de la atmósfera, el agua, etcétera.” En base al espeluznante informe, el Club de Roma propugnó “poner límites al crecimiento si se quiere evitar el desastre”.
Estas recomendaciones y las políticas inspiradas en ellas provocaron la inmediata repulsa de las naciones del Tercer Mundo -a quienes iban dirigidas las propuestas restrictivas-, por el Vaticano, y por numerosas científicos que refutaron las bases científicas sobre las que se extiende el informe antedicho.
Los trabajos del integrante de la Academia Sueca de Ciencias Gunnar Myrdal, y de los académicos de las Universidades de Hannover y Cleveland, Mihalo Mesarovic y Eduard Pestel respectivamente, demostraron plenamente la precariedad del estudio del M.I.T.

3.3. De todos modos, esa impronta ideológica fue sostenida por sociedades que reunieron –como en el caso del Club de Roma- a los representantes del poder en el mundo post-desarrollado, como fueron durante la década de 1970 el Bildelberger, encabezado por el entonces Príncipe Bernardo de Holanda, la Trilateral Comission fundada por Nelson Rockefeller, y posteriormente por la W.W.F presidida por el Príncipe de Edimburgo, consorte real de Isabel de Inglaterra.
El enorme peso específico de los integrantes de estas sociedades sobre de los resortes del poder mundial logró la inmediata y creciente aplicación de políticas basadas en las recomendaciones del citado informe tendientes a obtener la permanencia del status quo en el dominio planetario.
Por ejemplo, en 1969 el presidente Richard Nixon nombró al general Willian Draper como representante de los EE.UU. en la Comisión de Población de la O.N.U. y a partir de ese momento, Draper se convirtió en el impulsor de la idea “Crecimiento demográfico cero”; posteriormente el presidente Lyndon Jonhson afirmó ante la XXV Asamblea del mencionado organismo internacional que “cinco dólares invertidos en el control de la natalidad equivales a cien en ayuda al desarrollo” explicitando claramente las prioridades del gobierno de esa potencia mundial.

3.4. Simultáneamente, diversos organismos no estatales desarrollaban una activa política de idéntico objetivo. Así en 1969 se reunió en Dacca la Conferencia Internacional de la IPPF (International Planned Parenthood Federation), organismo asesor de las Naciones Unidas. Allí el Dr. Bernard Berenson, quien presidía el Population Council, presentó las acciones que deberían realizar los gobiernos para reducir a la mitad las poblaciones del Tercer Mundo, entre las que se encontraban:
• impuesto sustancial al matrimonio
• impuesto a la familia numerosa
• evitar que el Estado asigne viviendas por el tamaño de la familia
• reducir o eliminar asistencia médica, becas, viviendas, préstamos y subsidios familiares financiados por el Estado a familias con numerosos hijos.
• el uso de agentes esterilizantes en fuentes de agua o en productos de primera necesidad, como la sal
• el aborto obligatorio para embarazos ilegítimos (posteriormente se cambió este término por “no deseados”)
• esterilización obligatoria permanente o temporaria en determinados segmentos de la población.
• permiso estatal obligatorio previo al embarazo
• liberalización del aborto
• imponer como elemento primordial en la salud de la mujer, la planificación familiar
• alentar la cultura de la homosexualidad
Estos objetivos se encuentran en “Estrategia para un cambio en las leyes” , trabajo editado por la IPPF para instruir a sus filiales en el modo de influir en la modificación de leyes que califica de anticuadas y restrictivas. Este organismo está representado en nuestro país por su filial denominada “ Asociación Argentina de Protección Familiar”

3.5. Entre el 19 y el 30 de Agosto de 1974 se reunió en Bucarest, capital de Rumania (en esa época integrante del Bloque Soviético) la Conferencia Internacional de Población, bajo el auspicio de la O.N.U. En esa ocasión, “expertos” y representantes de gobiernos se reunieron con el objetivo de implementar acuerdos para un programa global de control de la población. El Plan de Acción Mundial (WPPA) presentado en esa oportunidad es hasta el momento, el documento madre para la elaboración de pautas sobre políticas de población, tanto en las Naciones Unidas como en sus organismos, como el BIRF (Banco mundial, regido en esa época por Robert Mc. Namara), la UNESCO, la OMS y la UNICEF.
El Plan fue presentado por los representantes de los EE.UU., siendo duramente objetado por las representaciones de los países iberoamericanos y árabes, muchos países africanos y el bloque socialista, a excepción del país anfitrión. Los argumentos contrarios al “Plan de Acción” se centraron en principios éticos y religiosos, y en la salvaguarda de la soberanía de las naciones.
En esa ocasión La Argentina presentó un Proyecto de Enmiendas al “Plan” que comprendía agregados, reformas o supresiones a 68 de los 93 párrafos que lo integraban. Este Proyecto, que circuló como Documento Nº 1 del Grupo de Trabajo causó revuelo por su tesis y amplitud, concitando fuerte apoyo de los países en desarrollo y enconada oposición del grupo de los países que propugnaban el control de la natalidad como única salida. Entre las propuestas argentinas, podemos citar:
• Reafirmación de la soberanía nacional de los países en materia de políticas de población, sin ingerencia externas directas ni indirectas.
• Reforma de la finalidad del “Plan de Acción” que tendía fundamentalmente a la limitación cuantitativa de la natalidad. El Proyecto Argentino sostuvo que el problema no es el crecimiento poblacional en si, sino la falta de un desarrollo económico y social que lo acompañe. Dicha posición contó con el máximo apoyo de los países del Tercer Mundo, y quedó consagrado en todo el documento adoptado por gran mayoría.
• Eliminación de la fijación de metas cuantitativas de reducción en la fecundidad en el mundo.
• Darle mayor importancia en el Plan a las migraciones internacionales como instrumento de política e población.
El representante argentino expresó: ”La visión del continente latinoamericano, con una densidad demográfica inferior a la de otros países del mundo y con una cuantiosa reserva de recursos a explotar, nos lleva a preguntarnos nuevamente como debe plantearse la ecuación población-desarrollo y cuestionar el control indiscriminado de la natalidad como herramienta válida para el desarrollo de nuestros pueblos. Creemos que mucho antes que aumento de la población como peligro para la sobrevivencia de la humanidad, existen otros flagelos que el hombre tiene que erradicar. Ellos son, básicamente, las relaciones de dependencia y explotación sistemática de los países pobres por los ricos y las relaciones de injusticia social dentro de cada país. No se puede pretender que los países pobres reduzcan su presión demográfica, para que aquellos ya enriquecidos puedan mantener un nivel de vida superior al que los actuales recursos materiales del mundo permite”
Finalmente, en general el Plan de Acción Mundial fue aprobado por el voto de los países industrializados y la impresionante presión ejercida por éstos sobre los representantes de algunos países sub-desarrollados (literalmente: “arrollados”) . Los que, como La Argentina, se opusieron, fueron catalogados como “marxistas, pro-natalistas y desarrollistas utópicos”.

3.6. Meses después, en un Informe secreto –posteriormente desclasificado- elaborado por el gobierno de los EE.UU. se expresaba: “Hubo consternación general cuando al comienzo de la conferencia el Plan fue sometido a un ataque fulminante que se prolongó durante cinco horas, encabezado por Argelia, con el apoyo de varios países africanos; Argentina, apoyada por Uruguay, Brasil y Perú y en forma limitada, por otros países latinoamericanos; el grupo de países del Este europeo (menos Rumania) y la Santa Sede. Las creencias, ideologías y errores expuestos por muchas naciones en Bucarest indican la necesidad urgente de educar con intensidad a los dirigentes de muchos gobiernos”. En todo el informe, los dirigentes de los países en desarrollo juegan un papel muy importante. Para ellos se preveen estadías de estudio en las Naciones Unidas y en los Estados Unidos y todo tipo de apoyo. “Es necesario poner énfasis en motivar a los dirigentes de los países en vías de desarrollo para que acepten las actividades de planificación familiar.” Más adelante este Informe expone que se comprueba que en los países de bajo desarrollo hay una “motivación inadecuada” y “lentitud en el cambio de las preferencias familiares” lo que obliga a los EE.UU. a poner “mejores esfuerzos para cambiar las actitudes y creencias especialmente en los sectores populares”. Ese fin se conseguiría tomando “la educación como un modo de alcanzar índices de natalidad más bajos y no como un derecho cultural de la población”. Para eso, el Informe contempla mejorar la propaganda sobre materias de población a través de un creciente énfasis en programas de educación y motivación contraconceptiva a niveul mundial, realizados por la ONU, la USIA y la USAID, utilizando para ello las comunicaciones satelitales.
El documento que glosamos, oficialmente denominado “Memorando sobre Seguridad Nacional nº 200. Implicaciones del Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad de los Estados Unidos y sus intereses de Ultramar” más conocido como “Informe Kissinger” por ser dicho político norteamericano quien dirigió su preparación, fue “clasificado” en Diciembre de 1974, perdiendo esa categoría en Julio de 1989, cuando se tornó público.
Nos limitaremos a reproducir algunos de sus párrafos, ya que su claridad exime de todo comentario en cuanto a sus objetivos, su implementación y sus resultados actuales.
“Está dirigido a examinar las implicaciones internacionales, políticas y económicas, del crecimiento de la población antes que aspectos ecológicos, sociológicos y otros” e incluye recomendaciones para “intervenir en asuntos de población en el extranjero particularmente en los países en desarrollo”. “El motivo el informe radica en la preocupación de que las tasas de crecimiento de la raza humana en los países en desarrollo puedan desequilibrar la balanza del poder en perjuicios de los países industrializados del hemisferio norte y en beneficio de las emergentes naciones del sur”. Por un lado explica razones de estricta seguridad militar, por otro, dice que “se debe asegurar a toda costa la provisión de materias primas provenientes de los recursos naturales de esos países, abastecimiento que peligraría de aumentar la población”.
Previene sobre “el crecimiento político y estratégico” de aquellos países donde los EE.UU. tienen particulares intereses y sobre su “creciente poder en el escenario mundial”. Aconseja “que el Presidente y el Secretario de Estado acuerden especial importancia al tema del crecimiento de la población”, incluyendo como “objetivo mundial: modificar los niveles de fertilidad para el año 2000”. Para eso, “los EE.UU. se ofrecen a colaborar con otros países desarrollados interesados y las organizaciones donantes, p.ej. OMS, FNUAP, BIRF, UNICEF”
El control sobre el crecimiento de la población en el extranjero es el único aspecto de la política exterior de los EE.UU. en el cual es crucial una planificación a largo plazo. “La estrategia propuesta llama a concretar un acercamiento coordinado para responder a este importante interés de la política exterior de los EE.UU.: controlar la influencia del crecimiento de la población en los sistemas políticos, económicos y ecológicos del mundo. Lo inusual del tema de población es que este interés político externo debe tener un horizonte temporal mucho más lejano que otros objetivos”.
“Es fundamental llegar a un compromiso mundial, político y popular para estabilizar la población”. Por eso, dice “Es mucho más efectivo usar los aportes de ayuda económica para fines de control de población que elevar la producción a través de inversiones directas en riego, proyectos de energía o industrias”.
El Informe insiste en que “debemos tener cuidado que la apariencia de nuestras actividades en materia de población no aparezca a los ojos de los países en vías de desarrollo como una política contra ellos”. “Se debe ayudar a los dirigentes de los países en vías de desarrollo a integrar las políticas de población en los planes nacionales de salud, educación, recursos agrícolas y desarrollo”. Esos dirigentes “deben relacionar las políticas de población y planificación familiar, con las políticas de desarrollo: salud, nutrición, agricultura, educación, servicios sociales, actividades femeninas y desarrollo de la comunidad”. Integrar la planificación familiar en los servicios de salud desterrará cualquier sospecha de imposición extrajera. Incluir el control de la natalidad en el área de salud “ayudará a rebatir la acusación ideológica que los EE.UU. están interesados en frenar el crecimiento de población de los países de bajo desarrollo”
“Los EE.UU. pueden ayudar a minimizar los cargos de una motivación imperialista escondida detrás de su apoyo a las actividades de población afirmando reiteradamente que tal ayuda deriva de la preocupación sobre: a) el derecho individual a determinar libre y responsablemente el espaciamiento de los hijos; y b) el derecho al desarrollo de los países pobres”.

3.7. A partir de la Conferencia de Bucarest se desarrolló en el marco de sucesivos congresos de la ONU una verdadera revolución semántica, guiada por la lógica esclavista de los centros de poder mundial que coherentemente buscan asegurar el control de la situación tal como actualmente se presenta.
Esta revolución semántica es obediente a una premisa que fue expuesta desde hace más de cincuenta años por un gran observador de la realidad argentina, el Dr. Arturo Jauretche quien enseñaba que las ideologías y las doctrinas, cuando traspasan el Atlántico y la línea del Ecuador, suelen cambiar de signo. Así lo que en el hemisferio norte es expuesto como elemento de progreso y liberación, es en nuestras tierras, instrumento de atraso y opresión.
Así en las cumbres de Río de Janeiro (1992), El Cairo (1994), Beijing (1995) se fue modelando un lenguaje posteriormente trasladado a las legislaciones internacionales y nacionales que presentan como progresos de la humanidad y de las libertades personales, a aquellos objetivos colonialistas que sin mayores disimulos quedaron expresados en los documentos que anteriormente expusimos. Por ejemplo, se refiere como “hijo no deseado” a todo aquel posterior al segundo por pareja; al aborto voluntario como “derecho humano básico”; a la castración de los humildes, como “salud sexual”; a “todas las formas de familia” para aludir a la promiscuidad, las uniones homosexuales, etcétera.
Para distinguir con nitidez el hilo conductor de la política poblacional actual, cabe citar las instrucciones que llevaron los diplomáticos norteamericanos a la conferencia preparatoria para El Cairo, que decían “La Administración (Clinton, paréntesis mío) ve la política internacional de población, como un objetivo importante de la política exterior de los EE.UU”. Debían tener en cuenta la necesidad de “asegurar el acceso universal a la planificación familiar y a los servicios de salud reproductiva, incluido el acceso al aborto seguro (...) Es prioridad específica de los EE.UU. estabilizar el crecimiento de la población y proteger el medio ambiente mundial (...) La delegación de los EE.UU. usará un lenguaje fuerte sobre la importancia del acceso a los servicios de aborto. Los EE.UU. creen que el acceso al aborto seguro, legal y voluntario es un derecho fundamental de las mujeres”.
Todas estas prédicas no han quedado en el plano teórico. Desde varias décadas atrás se han documentado sus concretas aplicaciones en los pueblos del Tercer Mundo, asiático, africano y americano. Cientos de miles de mujeres han sido esterilizadas sin su consentimiento, literalmente castradas cuando creían someterse a un control ginecológico, tal como ocurriera con pueblos indígenas y campesinos pobres del Brasil y Puerto Rico. Miles de millones de dólares han sido invertidos por la O.N.U. y sus “organismos asesores” en políticas de esterilización más o menos forzadas en todo el planeta. Como solíamos decir: Morgan no solo navega, también desembarca.

4. LA OTRA CAMPANA.

“Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios los creó. Varón y mujer los creó. Dios los bendijo diciéndoles “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla” (Génesis, 1,27-28)
La Iglesia Católica ha mantenido inveteradamente en sus documentos, discursos y participaciones en foros temáticos, la férrea defensa de la vida, de la libertad y de la dignidad humana, presentando opciones relativas al crecimiento de la población que son diametralmente opuestas a las políticas reseñadas en el capítulo anterior.
El mismo mahatma Ghandi, citado por el Papa Juan Pablo II en su discurso en Bombay del 9 de Febrero de 1986, dijo “el acto generativo debe ser controlado para el crecimiento ordenado de la humanidad. ¿Cómo se ha de conseguir la suspensión de la procreación? No por medios inmorales o artificiales, sino por medio de una vida de disciplina y autocontrol. Los resultados morales solo pueden conseguirse con medios morales”
De modo similar, el afamado científico brasileño Josué de Castro, en una obra de imprescindible consulta sobre la materia, expresaba: “...cuando más asole el hambre a estas zonas, más crece su efectivo humano. Mostraremos que esto se explica por la influencia del hambre que aumenta el coeficiente de fertilidad y los índices de natalidad de los grupos más miserables, sujetos a su acción permanente. De donde se puede deducir que, si no es posible exterminar el hambre del mundo con medidas tendientes a fiscalizar el crecimiento de las poblaciones, es perfectamente posible obtener la fiscalización de ese crecimiento por el exterminio del hambre”
Nuestro país ha generado una doctrina interna e internacional que enfrenta a los designios recién expuestos, principalmente expuesta por el fundador del Movimiento Justicialista y Presidente de la Nación Argentina por tres oportunidades.
“La denatalidad debe ser preocupación del gobierno, que ha de tomar cuantas medidas tiendan a que el aumento vegetativo de la población sea el que corresponde. Cuando nosotros denunciamos públicamente la despoblación del campo y su correlativo hacinamiento urbano; cuando exhibimos el rancho y el conventillo como vivienda obligada de los trabajadores; cuando describimos la desnutrición y la miseria fisiológica de los habitantes del interior, y el resultado de estas condiciones infra-humanas de existencia; cuando señalamos que el cincuenta por ciento de nuestros muchachos de veinte años están inhabilitados para la prestación del servicio militar, lo que significa su incapacidad para la lucha por la vida; cuando estudiamos el problema del salario con relación al costo de la subsistencia; cuando nos referimos a la natalidad de nuestra población que no aumenta, estamos en realidad diciendo que la suerte del más humilde ciudadano está ligada por inmutable solidaridad a la suerte de la Nación entera, y que cualquier injusticia contra él cometida, ofende a la Patria toda”
Estos conceptos de Perón, pronunciados en 1944, fueron ratificados tres décadas más tarde en su “Mensaje a los Pueblos y Gobiernos del Mundo”, remitido a la O.N.U. en vísperas de la reunión de Estocolmo en 1972, en memorable documento ecologista que contiene la propuesta integral justicialista sobre la cuestión, y que constituye un elemento de estudio y análisis indispensable para cualquier propuesta seria sobre esta cuestión insoslayable.
Reiterándolos poco después, en su Mensaje del 7 de Septiembre de 1973 a la IV Conferencia de Países No Alineados reunida en Argel Perón afirmó: “ Más importante que planificar el crecimiento de la población, es aumentar la producción y mejorar la distribución de alimentos y la difusión de servicios sociales, como la educación y la asistencia sanitaria(...) El crecimiento de la población debe ser planificado, pero a través de métodos que no perjudiquen la salud humana, según las condiciones particulares de cada país. La República Argentina, por ejemplo, no está en dicho caso pues necesita mayor capital humano para su desarrollo integral...”
La doctrina enunciada en los párrafos recién transcriptos, infundió toda la tarea de protección de la familia trabajadora y numerosa, de las madres solas y de la niñez desamparada, tanto en el campo de la educación, como en la salud, la vivienda, etcétera, durante las tres presidencias del Gral. Juan Perón, dejando una marca indeleble en la memoria de nuestra sociedad.

5. CONCLUSIONES PARA ABORÍGENES.

A nuestro país, en la Nueva División Internacional del Trabajo decidida en los círculos conformados por los cenáculos anteriormente mencionados, le ha sido asignado el papel de mero proveedor de materias primas (“commoditties”); hoy soja, trigo, maíz, petróleo, minerales varios, mañana agua potable.
En ese esquema estorbaba el desarrollo industrial independiente alcanzado por La Argentina a partir de 1937, y que tuvo un claro y sostenido crecimiento hasta 1976, cuando el gobierno cívico-militar de Videla y Martinez de Hoz vino a encuadrar el país al esquema mundial, comenzando una política de desguase tecnológico y productivo a lo cartaginés sin parangón en la historia contemporánea del mundo, continuada bajo los gobiernos constitucionales que se sucedieron al llamado “Proceso de Reconstrucción Nacional”.
Dichas administraciones de jure terminaron también con toda la actividad educativa, cultural y científica destinadas a fundamentar y fortalecer el desarrollo nacional.
Al parecer, hoy ha llegado el momento de atacar a los cimientos mismos de una sociedad, de cercenar la última resistencia, el Ser mismo de un Pueblo, a su gente y su simiente.
Para ello se recurre a múltiples medios de disolución social, y entre ellos, a la legislación “progresista” en materia de “derechos a la salud sexual y reproductiva”. Nuevos espejitos y cuentas de colores para los aborígenes locales, que consumiremos para satisfacción de los diseñadores de las políticas para las poblaciones del Tercer Mundo acordes a los del Mundo de Primera, y de sus amanuenses locales.
La actitud de estos últimos frente al hecho de la miseria que atenacea a grandes sectores de nuestra sociedad, es –por diversos y diferentes motivos- promover, proponer y presionar para aplicar herramientas anti-natalistas como la legislación comentada, desdeñando utilizar el método inductivo para allegarse a la realidad que deberíamos aprehender para modificar y superar.
“Hay que partir de las preocupaciones reales del pueblo real, no de supuestos o de modelos. Los pobres preguntan como alimentar a sus hijos, no como tenerlos. Los amamos dándole más cabida en nuestras vidas, no decidiendo cuantos hijos estamos dispuestos a autorizarles. No son mascotas hogareñas. Otros argumentan que en muchos casos el marido llega borracho a casa y obliga a la mujer a tener relaciones sexuales contra su voluntad y hasta con violencia física. Me pregunto: ¿ligar las trompas en una solución”
En nuestro país sufrimos las consecuencias de un fenómeno de larga data, que es la actitud imitativa de sus intelectuales, o para ser más preciso de su “intelligentzia”, carcomida por el síndrome del suburbano cultural que la lleva a la subordinación automática al pensamiento elaborado por los centros decisionistas. Sin ahondar en los orígenes de tal actitud, baste decir que en la mayoría de nuestras ¿altas? casas de estudio se sigue rindiendo incondicional pleitesía intelectual a lo que es moda en el centro cultural del momento, sin medir su mayor, menor o nula aplicación a la realidad nacional.
La premisa parece ser “Si lo dicen en Estados Unidos, o en Inglaterra, o en las Naciones Unidas (antes pudo ser en la U.R.S.S. o en China), ¿cómo vamos a ponerlo en duda nosotros, que somos negritos –untermensch- de un paisejo periférico y subdesarrollado?”
Y mientras nosotros nos afanamos en imitar modas ya abandonadas por los países que las originaron, en la vieja Europa, los gobiernos de Francia, Italia y Alemania incentivan de diferentes maneras y con un importantísimo aporte económico, a sus ciudadanos para llevarlos a procrear con mayor ímpetu, y para que mantengan sus hábitos de vida seculares, evitando el despoblamiento de las áreas rurales.
Si a lo largo de la historia de los últimos sesenta años sobran los ejemplos de la incomprensión del “stablishment” cultural de nuestra sociedad hacia aquellos innovadores que se atrevieron a pensar en la realidad argentina -como por ejemplo los sabios médicos Massa y Alvarado, a los que tanta gratitud adeudamos- ¡cuanto más difícil será ahora en que la globalización pretende imponer el pensamiento único!
Cabe indagar entonces si los políticos y doctrinarios que generan y apoyan leyes que imponen técnica no-natalistas, padecen del síndrome indicado; pretenden aunque equivocadamente atender al interés de la Nación Argentina; o son obedientes al mandato del pensamiento uniforme que imponen los centros imperiales.
Porque La Argentina es un país escasamente poblado, y con una distribución poblacional muy irregular que concentra en pequeñas áreas a la mayoría de sus habitantes; y si bien la tendencia a la densificación urbana es un fenómeno mundial, en nuestro caso presenta características socio-patológicas –como la pérdida de calidad de vida en los centros urbanos y desertificación humana de extensas áreas interiores- que llegan a comprometer la viabilidad de un proyecto nacional. Este tema, cuyo estudio, sistematización, exposición pública y modificación positiva debe ser afrontado como política de estado, resulta ignorado por los responsables, que por el contrario, suman a esa actitud el agravio que implica propiciar leyes como la que comentamos.



Informe secreto impulsado por el presidente Nixon y firmado por Henry Kissinger que trata el tema de cómo reducir la población mundial. En el punto 29, los Bilderbergers sugieren "intensificar programas de población" para poder reducirla "en unos 5000 millones hacia el año 2000 (de 1974) y en unos 3 mil millones hacia el año 2050." Todo se basa en la premisa que el planeta se esta quedando sin recursos naturales para abastecer a casi siete mil millones de personas.

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